Mi historia de mi último viaje a Colombia antes de que sucediera el COVID 19, tiene un sabor bueno que me trae alegrias cada vez que la recuerdo y mediante esos recuerdos pienso de que sería la vida si nunca hubiera sucedido el COVID.Aún así, eso queda en algo que nunca sabré y que está muy fuera de la realidad.Todo comienza en fechas buenas de diciembre del año 2019( En Colombia empezamos la celebración de diciembre desde el 7, que es el día de velitas) donde mi madrina tuvo la oportunidad para pasar estas fiestas en Colombia mientras yo yo estaba en finales de semestre y por esto no pude asistir a dichas fiestas. Después de que ella regresó, trajo regalos que me mandó mi madre y me preguntó ¡¿Quieres ir a Colombia?! En lo que decidí que sería una buena idea y acepté para ir a pasar Año Nuevo allá. Por otro lado, tampoco quería pasar ninguna de las fechas especiales aquí en New York porque en Colombia se siente más la alegría en esas fiestas y lo veo más entretenido que como se pasa aquí.
Después de que el tiempo pasó, el día por fin había llegado y a su ves un momento agridulce porqué un primo-hermano cumplía ese día.Por lo tanto, no pude disfrutar con el de su día y un viaje largo daba inicio después de que monte en ese avión. Con relación a este viaje, fue desastroso en todos los sentidos, empezando que dejé mi celular en el carro cuando iba en camino al aeropuerto.Por otra parte, quieren una sugerencia para viajar a Colombia? Les sugiero que no tomen Avianca para viajar a Colombia porque la mayoría de veces tienen un servicio muy pobre. Comenzando que salí 2 horas tarde de aquí de New York para ir a Bogotá a hacer transbordo. Ademas,en la capital yo tengo unos hermanos que tenía pensado ver en ese tiempo que iba a durar en Bogotá para mi siguiente vuelo, pero por dejar mi celular no pude comunicarme con ellos con tiempo y no pudimos vernos. Aparte de eso, mucha gente estaba preocupada porque había pasado mucho tiempo y yo no respondía ninguna llamada y tampoco mensajes. Ellos no sabían que había dejado mi celular, así que en Bogotá me tocó pagar un dineral por un poco de tiempo en un café internet. Cuando me comuniqué con todos los que pudé en ese poco tiempo, traté de comer algo y al momento me dí cuenta de que mi vuelo tenía un atraso lo cual me dieron ganas de que el tiempo pase rápido. Aunque lo hizo más difícil el no tener mi celular conmigo para distraerme en un aeropuerto por mi mismo sin nada que hacer por 4 horas. Después de sufrir el tiempo más largo de espera en mi vida, pude abordar el otro avión y mis ganas de llegar crecían más al ver la hora y saber que ya tenía más de 12 y no había llegado a mi destino.
Finalmente, llegué la 1 de la madrugada del día siguiente y ahí estaban mis dos seres queridos. Esperándome con una sonrisa y una alegría que no podían ocultar al ver a su hijo pasar por esas puertas. Para que tengan contexto, yo me fui de su lado cuando tenía 14 años y durante ese tiempo solo los veía por un mes o dos meses porqué yo vivo en New York. Ahora, después que yo llegué ,fuimos al hotel que la verdad estaba cerca del aeropuerto a dejar las maletas y mi chaqueta. De ahí, me llevaron a comer chicharrón del bueno, tomamos 2 cervezas y nos fuimos a la cama para descansar. Al día siguiente disfrutamos de las playas de Cartagena en la mañana, para así yo tomar un poquito de sol porqué yo parecía un papel de lo blanco que estaba y después decidimos ir a Barranquilla para ver a la familia porque no queríamos estar solo los 3. Después, llegó el 31, disfruté de un día magnífico en familia lleno de risas, de mucha alegría recordando viejos tiempos y gozando del momento. Gracias a que estaba toda la familia y todos sabíamos que desde que mi abuelo murio no nos reuníamos todos para estas fechas. Después vino mi cumpleaños y lo quise pasar ahí con los míos. Entonces Jugamos un partido de fútbol entre la familia, amigos en una cancha sintética y quedó una foto para el recuerdo.
Mi aventura relámpago lastimosamente solo pudo durar una semana y media después de mi cumpleaños, entonces me fui a otra ciudad llamada Montería para estar 5 días con mis amigos de infancia y ponernos al tanto de nuestras vidas. No hablo mucho con ellos por mensajes, pero si mantenemos una buena comunicación, ya que siempre que hablo con alguno de ellos nos decimos de todo y cuando nos vemos en persona somos los mismos de siempre. Los días se fueron volando y me devolví a mi Pueblo amado llamado Sabanalarga. Me quedé con la familia por 3 días, los días pasaban rápido o de pronto yo los sentí así porque no quería que se acabara el tiempo. No quería irme tan rápido de mi familía, amigos y sentía que no los disfruté como me hubiera gustado. Pero el tiempo pasa y no vuelve, y mi día de regresarme llegó. Un día en el cual mi papá se despidió de mi llorando de tristeza y me dijo que estaba súper triste. Esto me sorprendió debido a que mi papá era un hombre de mostrar fortaleza en frente de mi, pero en esta despedida el estaba más roto que las otras que he tenido con el. De pronto tuvo sus razones para hacerlo, pero lo que sí es cierto es que esa fue mi última despedida con el en persona y yo le había mencionado que yo regresaría, algo que nunca se pudo dar.