El camino de sueños

Marvin es mi novio y lo conocí en el supermercado donde trabajamos. Es valiente, inteligente, directo, consciente en todo y es una persona agradable. Es de Guatemala, Totonicapán, y tiene 22 años. Lo entrevisté sobre su viaje a los Estados Unidos para explicar a los lectores y lectoras que no es fácil llegar a este país. Es muy importante porque hay muchas personas que también pasan por lo mismo, aunque no todos tienen la misma experiencia. Así, esta historia va a transmitir a los latinoamericanos que venir de tu pueblo a los Estados Unidos no es fácil, pero se puede.

Tenía 16 años cuando decidió venir porque quería un buen futuro y ayudar a su familia.  Empezó desde su pueblo, que se llama Panquix. Tuvo que pagar el viaje, pero su familia lo ayudó. Viajó sobre todo en carro e iban 20 personas en el grupo. La persona que conducía el carro a trabajaba pasando a mucha gente a la frontera. Con el tiempo, en el viaje hizo amigos de diferente partes de Guatemala.

La mayoría iban solos y algunos con familia. Desde Guatemala a la frontera de México le tomó 5 a 6 horas de carro pero tuvo que quedarse por tres días en la frontera porque estaban esperando a más gente de diferentes países para seguir el viaje. Viajaban de noche para que no los vieran. Pasaron por granjas y se tenían que quedar por ahí en un hotel por varios días. Durante su viaje, en el principio descansaba y comía, pero cuando ya estaba cerca de su destino, tenía que estar pendiente de todo porque lo podían dejar ahí sin decirle nada. Le hacía falta su familia pero pensaba que si pasaba todo esto, valía la pena por él y su familia. Cuando llegó a los Estados Unidos se sintió ya relajado y feliz de encontrarse con su demás familia.

Llegaron a la frontera de México para pasarse a los Estados Unidos. Intentaron cruzar la primera vez, pero no les fue bien. En la segunda vez, a las 5 de la mañana, pasaron y lograron llegar a los Estados Unidos. Caminaron por unas horas y a las 7 de mañana, la policía de inmigración lo agarró, pero no lo deportó porque era menor de edad.

Su historia sirve para inspirar a otros migrantes a seguir sus sueños y a venir a los Estados Unidos para mejorase. La motivación de Marvin era llegar a los E.E.U.U. para ayudar a su familia de Guatemala desde Nueva York y disfrutar su vida.