De las carreras, solo queda el cansancio

Era una linda mañana en un pueblo por Pennsylvania. Estaba con mis amigos Alejandro y Camilo de 20 y 19 años en camino hacia Dorney Park. Es un parque de agua y de atracciones mecánicas. Originalmente teníamos que salir de la casa a las ocho de la mañana, pero salimos a las diez y media del día. Teníamos que viajar dos horas en carro desde Nueva York hasta Pensilvania.

Había un trafico impresionante en la ruta 80. Se había volteado un camión que causó una hora de retraso. Luego de estar en tráfico, uno de mis amigos se quejó de que tenía hambre. Tuve que salirme en la próxima salida de la autopista para poder mirar que quedaba cerca. Igualmente necesitaba gasolina también. Había un McDonald’s que incluso me antoje. Entramos al drive-thru pero la fila estaba peor que el trafico de la autopista. A todos nos entró un momento de ansiedad porque todos queríamos ya estar en el parque pero teníamos que seguir parando. Yo no me aguanté y salté como 8 carros esperando en el drive-thru. El ultimo carro nos pito y grito “HEY!’  Solo lo miré y después subí las ventanas y subí el volumen de la música hasta que nos tocaba pedir. El señor se enojo tanto que se bajo del vehículo y me toco la ventana.. Como tenia bien oscuras las ventanas, solo se paró afuera de mi puerta hasta que me tocó pedir. Le dije en buenas formas que “perdón y que no es un problema para tanto, la gente muere a diario y una persona mas en fila no es problema”. Cogimos la comida y nos fuimos. 

Por último, seguimos en nuestro camino. Siguiendo había un parte de la autopista que estaba vacía. Yo le di rápido a mas o menos 90 millas por hora, estábamos volando. Cuando de repente paso sobre un hueco profundo que causó que suene como si se dañó algo de la suspensión o el aro del carro.  Al principio no noté nada pero cuando ya íbamos llegando noté que el carro casi no me frenaba. Tuve que andar lento hasta llegar al parqueadero del parque. Cuando me bajé, tenia un freno caído y el liquido de frenos regado todo alrededor del carro en piso. Al final no entramos al parque si no hasta las 2:30 de la tarde. Nunca esperamos llegar tan tarde y por lo más, no quería ni pensar lo que iba a pasar a la salida con mi auto. Tuve que llamar a una grúa pero era Memorial Weekend. Prácticamente me tocó dejar el carro adentro del parqueadero hasta el martes. Despues de todo esto aprendí que de las carreras, solo queda el cansancio. Si no hubiera ido tan rápido nada de esto ocurre. Hasta pensé que esto era mi karma por saltar la fila en McDonald’s.