Jenny es una joven trabajadora y valiente, que estudia en Queens College. Ella es apasionada por correr, así que se unió a la pista y equipo de campo de su escuela, y desde que se unió, se ha convertido en una buena atleta. Ella es alguien que siempre planea adelante y se asegura de seguir sus metas fijadas. Trabaja duro para ayudar a su madre cuando puede, a veces no se da tiempo libre pero cuando lo hace se pasa viendo anime o saliendo con sus amigos. Es una persona amable, fuerte y decidida que ha pasado por mucho, pero siempre encuentra una manera de salir adelante. La historia de Jenny es sobre sus experiencias creciendo como inmigrante mexicana en Estados Unidos, lidiando con problemas y encontrando maneras de superarlos.
Jenny tenía sólo cinco años cuando se mudó a los Estados Unidos con su madre. No recuerda mucho del viaje, pero su madre a menudo le dice lo aterrador e intenso que fue ese tiempo. Jenny recuerda que todo era diferente cuando llegaron. Las calles eran diferentes, el lenguaje era diferente, y todo era abrumador. Tenía que aprender una nueva forma de vida tan joven, era difícil entender todo lo que estaba pasando. Cuando Jenny comenzó la escuela, enfrentó aún más retos. En casa, el español era el único idioma que se hablaba. Pero en la escuela, todos hablaban inglés. Al principio, esto le hizo muy difícil a Jenny seguir el ritmo con sus compañeros de clase. Luchó por entender lo que decían sus maestros, y se sintió frustrada porque no siempre podía explicarse. A veces, sentía que no pertenecía, especialmente porque era uno de los pocos niños latinos de su clase.
La familia de Jenny se aseguró de que se mantuviera conectada a sus raíces mexicanas. Aunque vivían en los Estados Unidos y hablaban en su mayoría inglés, su madre siempre se aseguraba de hablar con ella en español. Ella le contaría historias a Jenny sobre su familia en México, sus tradiciones y la importancia de celebrar su cultura. Cocinaban comida tradicional mexicana juntas y celebraban vacaciones como Día de los Muertos, ayudando a Jenny a recordar de dónde venía. Incluso cuando Jenny empezó a sentirse más americanizada y distante de sus raíces, su familia se aseguró de recordarle quién era realmente. Ver a sus padres trabajar tan duro enseñó a Jenny una importante lección sobre la vida. Nada es fácil y tienes que luchar por lo que quieres.
Cuando era más joven, pensó que el “Sueño Americano” significaba tener una casa grande, un buen trabajo y mucho dinero. Esto es lo que sus padres también creían, y es por eso que trabajaron tan duro. Pero ahora, como joven adulto, entiende que el sueño americano no es sólo sobre cosas materiales. Para ella, se trata de tener la oportunidad de hacerlo mejor, incluso si está en pequeños pasos. Se trata de encontrarse y de estar donde quiere estar en la vida. Desafortunadamente, también tuvo que lidiar con la discriminación. Hubo momentos en que la gente la trataba diferente porque era mexicana. Recuerda a los niños en la escuela burlándose de ella y llamándole nombres, o dijeron cosas groseras sobre México. Le dolió pero también la hizo más fuerte. La empujó a trabajar más duro y a sentirse orgullosa de quién era, incluso cuando otros no la aceptaran.
Ella mira hacia atrás y tiene algunos consejos para otros inmigrantes que pueden estar pasando por las mismas cosas que experimentó. Les dice que nunca se rindan y que se mantengan fuertes. Ella cree que entender de dónde vienes te ayuda a construir la fuerza para enfrentar lo que sea que venga. Mirando sus experiencias, está orgullosa de lo lejos que ha llegado. Los padres de Jenny estaban muy orgullosos de ella cuando se graduó de la secundaria, y sabía que todo el trabajo duro y el sacrificio que habían hecho valió la pena. Ella se siente agradecida por los sacrificios que sus padres hicieron, y espera con interés continuar su viaje en la universidad. La historia de Jenny es un testimonio de la fuerza y la resiliencia de los inmigrantes.