Me llamo Gabriella Medina y la historia que voy a contar hoy es un logro personal que aconteció en el verano de 2021 cuando compré mi primer carro con mis ahorros personales en la ciudad de Nueva York.
Me mudé para Nueva York City en 2017 con mis tíos para estudiar en la universidad Queensborough que me quedaba muy cerca. Cuando yo cogía el bus de la casa de mi familia a la escuela me tomaba 20 minutos de trayecto, el bus era muy conveniente en ese entonces para mí porque el servicio de transporte público es muy bueno en la ciudad. Cuando vino la crises de coronavirus en 2019 mis tíos tuvieron la idea de mudarse para Long Island, porque la renta estaba muy cara también, el trabajo de ellos era más allá que aquí en la ciudad. Yo también tomé la decisión de mudarme con ellos. Me encanto vivir allá porque era más calmo y todo muy tranquilo, pero lo malo era que, para salir a lugares como el supermercado, tiendas de comida o limpieza, etc. era necesario tener un carro porque todo era muy lejos.
As veces me sentía. aburrida porque yo no podía salir a lugares tan fácil, por la falta de transporte. Lo bueno de esos tiempos fue que la universidad era por internet, uno no tenía que ir hasta la ciudad para estudiar. En los finales de 2020 la escuela mando correos electrónicos para todos los estudiantes comunicándonos que en el semestre 2021 va a empezar las class presenciales para aquellos que tuvieran la vacuna. Con esa noticia yo me puse a pensar que podía hacer, porque el transporte público era muy malo adonde yo vivía, la distancia para el colegio en la ciudad era de 50 minutos sin tráfico.
Tomé la decisión de obtener un carro. Una persona de mi familia estaba vendiendo su
vehículo que me gustaba mucho. Con el dinero de mi trabajo que tenía guardado, consigue reunir para comprar el carro de mi familiar. Me enamoré del carro que compré porque era una
camioneta “Nissan Rogue”, muy espaciosa y bonita, perfecta para mí porque es cómoda para hacer viajes. Con el tiempo busqué aseguradoras de carro para manejar segura sin ni un problema. En 2021 las escuelas abrieron para las class en persona, de hecho, pude asistir sin ni un problema y llegar tranquila a la clase sabiendo que no tengo que estar corriendo atrás del bus.
Finalmente, uno puede percibir en esta historia que yo cuento es, que el tiempo es muy
escaso y pasa muy rápido. Además, sabiendo eso, yo no quería perder mi tiempo en preocupándome de las horas de transporte público, o depender del tempo de un conductor para yo poder llegar a mi destino. Para mí es una alegría tener un bien material que me pueda llevar más rápido a mis ocupaciones.