Mi primo tiene 17 años de edad. Hace muchos años vivíamos en el mismo cantón en El Salvador, un país en Centro América. No compartíamos mucho tiempo juntos porque él y yo somos de una generación diferente. Él es 6 años menor que yo. Es una persona calmada y le gusta jugar videojuegos en su teléfono celular. Ha vivido en El Salvador siempre, y fue criado por su mamá solamente porque su papá falleció cuando era un niño. Él tuvo el coraje de enfrentarse a un viaje largo y riesgoso. Esto lo hace fuerte y valiente de dejar a su madre y hermanas. Yo pienso que su propósito era tener una vida mejor en Estados Unidos que la que ha tenido en su país porque El Salvador es un país muy pobre y difícil para vivir.
Mi primo dice que la economía está muy mala en El Salvador y por esa razón decidió hacer el viaje riesgoso para Estados Unidos, para salir adelante y sacar adelante a su familia. Cuando él salió de El Salvador sentía miedo de ser atrapado por migración o de algún tipo de banda de vandalismo. Y tuvo el riesgo de ser atrapado por migración en México y pensaba que lo iban a regresar de vuelta a El Salvador. Cuando él iba abordando un camión por la carretera de México, unos policías los vieron porque iban muchas personas más en el camión. Entonces, los policías les preguntaron “¿De dónde son? Y ¿Para donde iban?”. A mi primo y al resto de personas los dejaron ir hasta que les dieron dinero a los agentes. Él se sintió con miedo y asustado pensando que hasta allí iba a terminar su viaje.
Después que mi primo pasó un momento muy intenso en México con los policías, se enfrentó a otro momento más peligroso. Cuando estaba entre la frontera de México y Estados Unidos, se sintió aterrorizado y valiente a la misma vez por decidir cruzar al otro lado. El coyote dijo que “van a cruzar en grupos pequeños en una balsa de aire”. Mi primo echó un vistazo a Río Bravo, con una corriente muy fuerte. Pensó que la corriente los iba a arrastrar y también ser ahogados. En ese momento, decidió enfrentarse a las corrientes del río y abordar la balsa. Valientemente y sin problema logró cruzar el río. Al salir del río y estar en una zona con menos peligro de perder su vida, tuvo que correr un poco hacia donde estaban los agentes de inmigración. Su plan era ser arrestado por ellos y tener un caso para obtener algún tipo de estatus legal en Estados Unidos.
Cuando él fue atrapado por inmigración, fue llevado en un camión a un albergue de jóvenes localizado en Texas. Estando en ese lugar, se sentía más seguro porque ya no había peligro de que fuera atrapado por alguna banda criminal o de perder su vida. En albergue a él le daban clases de inglés y matemáticas. Y lo levantaban a las 6 de la mañana para ir a clase de gimnasio y después poder desayunar. Él se sentía feliz en el albergue, incluso estaba haciendo amigos de otros países. Él dice que cuando ya tenía un mes y medio en el albergue, se estaba empezando a sentir desesperado por salir de allí y estar con nosotros porque en el albergue los mantenían encerrados.
A pesar de que mi primo dejó a su familia en El Salvador, sintiendo miedo, siendo expuesto a policías corruptos, y a un río muy violento, él tuvo determinación en todo. Ahora que él ya está en Nueva York viviendo con sus tíos dice “me siento con tristeza porque en mi viaje estuve extrañando a mi familia y todavía lo sigo haciendo”. Él saldrá adelante y superará su tristeza con logros. Para él estando en un país muy diverso es muy difícil porque se ha dado cuenta que el inglés es muy importante para comunicarse. También, está conociendo una nueva cultura y una cuidad urbana porque él vivía en el campo en El Salvador. Él va a la escuela todos los días para aprender y poder dominar el inglés y trabajará duro para poderse superar económicamente.