Mi Tía Oralia, Una Historia del Inmigrante   

Hoy les cuento una historia simple y sencilla. Esta historia es una historia que muchos no cuentan, pero es la historia de millones de voces de Latino América. Hoy les voy a compartir la historia de una inmigrante. La persona en que me enfoco hoy es mi tía y la hermana menor de mi mamá . Su nombre es Delmis Oralia Villatoro, pero para mí es mi Tía Oralia. Mi Tía  tiene 54 años y se describe como una persona callada, solitaria, y sincera, que le gusta cocinar y estar en casa. Pero mi tía nació en los campos de El Salvador, sin agua, electricidad, y tubería interior. Mi mamá trabajaba desde pequeña y cuidaba a mi tía cuando podía. Ellas hacían su propio jabón y se duchaban  en el rio, caminaban sobre piedras, ríos, monte y lagos. No habían calles, solo tierra y selva. Para llegar a la ciudad, ocupaba caminar por muchas horas.  

Cuando mi tía creció había una guerra en El Salvador donde muchas personas se estaban muriendo. La gente vivía con miedo y rodeada de violencia. Cuando mi tía tenía 24 años ella  emigró desde El Salvador a New York. Mi tía dijo que aparte de estar en peligro no había oportunidades económicas suficientes en El Salvador y había mucha guerra y pobreza, por eso ella decidió venirse a los Estados Unidos. Pero el viaje no fue fácil. Mi Tía tuvo que caminar, huir , nadar, y esconderse, sobre varios terrenos, y climas peligrosos, como selva, monte, desierto, y ríos. Había frio y calor en extremo. A mi tía la acompañó su hermano mayor.  

Mi tía confiesa que unos de sus obstáculos más grande al llegar a este país fue el lenguaje y no poder hablar inglés. La segunda cosa que le afectó fue tener que trabajar bien duro para sobrevivir y vivir en lugares pequeños o amontonados con mucha más gente desconocidas. Ella comenta que en El Salvador hay mucha pobreza, pero mucho espacio comparado con NY. Aquí en NY muchas veces vivimos en lugares pequeños con varias personas. La comida es diferente y a veces uno se siente solo.  

Mi tía describe su vida de infancia triste y pobre. Ella siente que le gusta más los Estados Unidos por el hecho de que hay respeto y muchas leyes que protegen a las personas. Ella comenta que en El Salvador no hay respeto y los cosas pueden ser peligrosas, o sea, cualquier cosa puede pasar y no hay seguridad para el público. Hoy en día mi tía ha vivido más tiempo en los Estados Unidos que en El Salvador y puede decir que se siente cómoda en su nuevo país.  

Mi tía vive en Carolina del Norte y trabaja en limpieza de una escuela y es dueña de su casa, donde ella vive con su hija. Mi tía creció en una pequeña casa de adobe en el campo de San Morazán, El Salvador, con su mamá que muchas veces  abusaba de ella, y sus varios hermanas y hermanos. Muchas veces no tenían nada de comer. A mi mamá desde tierna edad le tocaba trabajar en casas ajenas, viajar y vender cosas en la ciudad  para traerle un poquito de dinero a su mamá. La vida de mi mamá y mi tía fue fuerte, pesada, triste, llena de lágrimas, pobreza, y violencia. Pero ahora mi tía puede decir que ella tiene todo lo que necesita y más, que vive una vida sin preocupación sobre dinero, o comida, o tener un techo donde vivir. La historia del inmigrante muchas veces no es fácil pero es una historia que muchos deben de saber y dar la oportunidad a la voz del inmigrante de ser escuchada.