Liz y su sueño americano

En el relato siguiente estaré hablando de mis primos, una pareja de jóvenes luchando juntos para aprender a sobre llevar las situación de la enfermedad que su hija desde tan corta edad ha tenido que enfrentar. Ellos son de Ecuador y sus nombres son Soledad Duchitanga (mamá), Juan Zhingy (papá) y su hija Lizzeth. 

A la edad de 18 años esta pareja decidió casarse y tuvieron a Liz, la cual es el centro de sus vidas y el motivo por el cual ellos superan cualquier obstáculo. Cuando Liz nació, todo parecía normal pero a sus 6 meses le detectaron una enfermedad llamada pseudoartrosis congénita de la tibia.  

Como todo bebé a esa edad empiezan hacer sus primeros movimientos como gatear, mover sus piernitas o intentar pararse. Pero Liz no lo pudo hacer. Por este motivo Soledad decidió llevarla al doctor. En la clínica Santa Inés en Ecuador en el año 2012 a Liz le detectaron un supuesto tumor en su pierna izquierda. Lo que provocó la consternación de sus padres y demás familiares. Seguidamente empezaron el proceso médico para saber con certeza lo que la niña tenía. Cabe recalcar que en nuestros países Sudamericanos los doctores tienden a operar sin asegurarse bien cuál es la necesidad del paciente y lo hacen por dinero y terminan cometiendo actos negligentes como le ocurrió a Liz ya que buscando más opiniones llegaron a la conclusión que Liz fue operada sin necesidad. Ella fue operada negligentemente, lo que provocó que Liz quedara imposibilitada de caminar.  

Seguidamente Liz tuvo que usar un yeso adherido a su pierna para poder pararse. Sus papás tuvieron que cambiar de clínica para encontrar en tratamiento adecuado y esto incrementaría los gastos. La economía era otro factor negativo en sus vidas, ya que eran  muy pobres.  

Soledad argumentó que según los conceptos de los doctores esta enfermedad de Liz pude ser hereditaria pero no hay nada concreto. Soledad dice que las cirugías han sido numerosas pero siempre tuvo el apoyo de su esposo ya que Juan siempre se ha mantenido centrado para con su familia a pesar de su edad.  

Ella me contó que nunca hubo posibilidad de muerte pero si posibilidades de amputación a la pierna lo cual ellos no lo aceptaron nunca. Conforme pasó  el tiempo ellos como padres fueron asimilando la realidad de vivir con esta enfermedad que su hija tenía. Según los doctores en Ecuador ella se atendía cada mes para un cambio de yeso pero nunca hubo una esperanza de mejoría hasta cuando ella tuviera 15 años, edad en la que se podría llegar hacer una operación definitiva.  

Sin embargo un día Juan y Soledad, cansados, sin dinero, sin ninguna esperanza positiva para la mejoría de Liz, tomaron la decisión de venir hacia los Estados Unidos buscando un tratamiento médico para su hija. Cruzaron la frontera con Liz en sus hombros pero nunca se detuvieron ni se dieron por vencidos. Liz tenía el sueño de llegar aquí para que la curen porque como niña anhela ser como los demás niños.  

Ya una vez aquí Soledad siente que su hija encontrará lo que tanto desea, una mejoría en su salud. Ellos llegaron aquí en febrero del año 2021. Desde ese mismo mes Liz empezó a obtener el tratamiento adecuado y gratis. Esto para esta familia significaba desde ya un gran avance. 

En el hospital NewYork-Presbyterian Morgan Stanley Children’s Hospital ubicado en la 3959 Broadway New York Soledad, Juan y Liz recibieron una triste noticia: que a Liz le dio esta enfermedad por tanta mala práctica médica en su país Ecuador, ya que desde pequeña nunca la atendieron debidamente y como consecuencia a esto los resultados cada vez empeoraron. Pero ahora con todos los estudios necesarios los doctores ya le han hecho alrededor de 5 operaciones intentando solucionar su problema y hace una semana Liz tuvo su última operación. 

Esta vez sería su operación definitiva. Sus padres están a la espera que todo haya salido bien. Juan y Soledad  dicen que la gente viene a este país buscando el sueño americano pero en forma económica y eso toma su tiempo. !Pero para ellos no! ya que su sueño americano consiste en la mejoría de su hija y esto está siendo cumplido tan rápido al ver a su hija recibiendo la correcta atención médica.  

A Soledad esta entrevista le sirvió para desahogarse ya que justamente ese día venia de salir del hospital dejando a la niña internada en recuperación. Es dura la situación por la que tiene que pasar su niña de 9 años más sin embargo ellos admiran la valentía, fortaleza y positivismo que tiene. La pareja dice que a veces pierden las fuerzas pero al ver a Liz tan entusiasmada de que podrá correr como los demás niños les da la fortaleza que a veces ellos la pierde. Según los resultados todo está saliendo muy bien y pronto veremos a Liz caminar y satisfecha de que el sacrificio valió la pena. 

Cabe recalcar sus palabras al decir que verla mejorando no tiene precio. Mientras miran hacia el futuro con optimismo, esperanza y mucha fe en que esto acabara pronto y todo vendrá para bien en la situación medica de su hija Liz. Ellos esperan con paciencia y mucha alegría los resultados ya que confían en Dios que todo saldrá bien.