La crónica de una madre fuerte

La persona que he entrevistado es July Izquierdo. Es mi madre. Nació en la República Dominicana y vivía en una casita con su madre, Rosa, que era costurera, y sus seis hermanos y hermanas. Vino a este país cuando tenía diez años y ahora tiene cuarenta y nueve años. Va a cumplir cincuenta en febrero. Trabajaba en una factoría haciendo partes de aviones. Tiene tres hijos, una hembra, Shantelle, y dos varones, Anggel, y Joel. Está casada con mi padre, Jose. Es muy cariñosa y humilde. Ella es una madre que hace todo los posible para sus hijos,. Es una madre que no duerme si ella no sabe que todo está bien con su familia. Es una madre que no sale de la cocina si sus familia no ha comido. Es una persona que da todo lo que ella tiene para sus hijos. Ella es paciente cuando tiene que ser, Fuerte todo el tiempo, Humilde, respetuosa y solidaria.  

Joel, el hijo de July, nació en New York Presbiterian en febrero del 2002 y se puso enfermo en marzo del 2002. July y su familia estaban viviendo en un apartamento en Corona, Queens.  July vio que su hijo de un mes estaba enfermo con instinto de madre. Vio que los labios de su hijo se volvían morados y tenía vómitos. Sabía que esto no era normal y llevó a su hijo al médico inmediatamente para tener la respuesta de la enfermedad que tenía. El médico le dijo que su hijo menor tenía las venas cruzadas que conectaban con su corazón y que la sangre se liquidaba en su cuerpo. Esto le rompió el corazón. Todo en lo que podía pensar era en hacer todo lo absolutamente posible para que lo ayudaran y lo arreglaran. 

El médico dijo que había que operar a Joel. Fue una operación larga. Siete horas para una operación de un recién nacido mataría a cualquier madre con la ansiedad de no saber qué está pasando y qué puede pasar. Por eso, July fue sedada para que pudiera intentar relajarse mientras su hijo luchaba por su vida. Con todo esto pasándole, nunca perdió la esperanza de que mejoraría y, 20 años después, está agradecida por todo porque ahora tiene un hijo sano que no necesita preocuparse por problemas cardíacos. 

 July aprendió que hay momentos difíciles de la vida. Podría haber perdido a un hijo y la habría devastado. Mira el pasado con tristeza porque ella todavía no puede creer todo lo que pasó. Todavía le cruza la mente y nunca puede entenderlo por completo, pero está feliz de que todo salió bien. Ve un futuro  feliz porque puede compartir cualquier momento de la vida de su hijo ahora que está en muy buenas condiciones físicas.