La persona que entrevisté se llama Aleida Balderas. Tiene 42 años. Su historia es muy interesante ya que creció en una familia de bajos recursos, así que tuvo que trabajar a temprana edad para poder alimentarse y tener cosas esenciales como zapatos y útiles escolares. Nació en un pueblo muy pequeño llamado Hueyapan, Morelos, México, dónde no había leyes laborales.
Aleida es una persona muy feliz y amable. Una de sus habilidades más fuertes es hablar con las persona. O ayudarlas en lo que necesiten. Esta historia es importante de contar ya que muchas personas pueden sentir conexión con ella no disfrutó su niñez por necesidades económicas en su familia.
A los 9 años ya trabajaba 3 horas al día después de la escuela, ya que necesitaba comida en casa.
Trabajaba en el campo, llenando bolsitas de abono para poner semillas de jitomate para poder trasplantarlas en la tierra. Este trabajo era fácil para ella y se sentía muy contenta porque no era pesado.
Solía trabajar con los vecinos, eran sus jefes y les gustaba su manera de trabajar. Nunca se le presentó un problema como que le prohibieran trabajar a la edad de 9 años porque en el pueblo no existían leyes que regularan las horas de trabajo o la edad que se podía trabajar.
A los 11 años decidió salirse de su casa y buscar un nuevo trabajo de empleada doméstica en la ciudad Cuernavaca, Morelos, México, una hora y media de su pueblo. Su necesitad hizo que saliera en busca de otra oportunidad de trabajo porque quería ayudar a sus hermanos con comida y sus estudios.
Otra razón por la cual ella decidió buscar otro empleo fue porque solo tuvo oportunidad de terminar 5 años de su educación primaria. En la escuela como ella no tenía dinero para los zapatos, los niños de sus clases le hacían bullying diciéndole que era pobre. Esto le rompía el corazón y le hacía llorar.
Trabajaba 10 horas durante el día en Cuernavaca y le pagaban bien. Vivía en su trabajo, en casa de sus patrones. y salía a visitar a su familia cada mes. Se sentía muy agradecida con sus patrones porque le dieron una cama para dormir y esto la hacía sentir bien, ya que antes no tenía una cama (dormía en el piso) y también ahora se podía bañar en la regadera. Antes se bañaba en el baño regular: ponía agua a calentar con lumbre en el tlecuil y luego echaba el agua en una tina pequeña.
Ella dice que no extrañaba a su familia, ya que los visitaba cada mes y les llevaba dinero y comida y esto le daba fuerzas para poder soportar un mes lejos de ellos.
Estas experiencias afectaron la vida de Aleida de manera positiva, pues ya se convirtió en una mujer muy independiente y no tiene miedo a trabajar para obtener dinero para sacar adelante a su familia. Hoy en día tiene 3 hijos y ellos son su fuerza. Por otro lado, la manera que la afectó negativamente es que no tuvo la oportunidad de tener una carrera universitaria y tener un buen sueldo. Pero hoy está asistiendo a la escuela para hacer su GD. Porque nunca es tarde para empezar. Quiere terminar su carrera y trabajar en la escuela ayudando a los niños.
Aleida aconseja a los jóvenes que sean, trabajadores y honestos. Y Dice que deben luchar por lo que quieren y que puede ser difícil, pero no imposible.