Aquí voy a contar una historia sobre mi madre. Ella es una mujer muy simpática, trabajadora, y honesta. Ella es la razón por la cual hoy en día puedo decir que trabajo tan fuerte para mantener a mi hija y esposa. Le gusta mucho cocinar, bailar, y compartir entre familia. Pero resulta que su pasado no siempre fue tan glamoroso como es hoy en día. Hubo ciertas circunstancias que la influyo a irse de La República Dominicana. Para venir a este país, tuvo que tomar un gran riesgo, que no todo el mundo toma. Es importante reconocer que con riesgo viene mucho peligro, inquietud, incertidumbre, y la posibilidad de fracasar. Los factores que contribuyeron a que mi mamá viajara hacia los Estados Unidos realmente fue su matrimonio. Mi madre en ese tiempo era casada con mi padre biológico y él era muy abusivo. Mi mamá era una víctima de violencia doméstica y esa fue una de las razones por la cual el matrimonio entre mi madre y padre fracasó. En ese tiempo, mi mamá estaba embarazada conmigo y su prioridad fue que quiso buscar una mejor vida. Resulta, que el primer paso que tomo fue alejarse de mi padre para que esto fuera posible.
La situación económica en la República Dominicana era algo extremadamente inconveniente para cualquier habitante que vivía ahí. Había tantos problemas económicos que una gran cantidad de las personas no tenían manera de vivir cómodamente. En realidad, muchas personas no tenían un lugar donde vivir, había mucho crimen, falta de electricidad y recursos naturales y esenciales como agua, sal, y limitaciones de alimentos. Esto causo una situación peligrosa, ya que estos recursos eran esenciales para poder sobrevivir. No solo eso, pero es importante explicar que durante ese tiempo, la persona en cargo del país fue un dictador llamado Rafael Trujillo. Fue un dictador violento que prohibió que ninguna persona se fuera del país sin su permiso. Mi madre quería tener la posibilidad de poder avanzar en la vida en un país democrático con menos violencia, un sistema político con equilibrio adecuado, y una economía en crecimiento que le permitiera tener empleo para poder sostenerse y mantenerse ella misma como una mujer independiente.
Mi mamá se enteró de la forma de emigrar hacia los Estados Unidos a través de una amiga en el vecindario. Resulta que esta amiga, de la misma manera que se sentía mi mamá, estaba cansada de bregar con todos los problemas en el país. La amiga de mi madre no tenía ningún lugar donde vivir. Sus padres habían fallecido y en ese tiempo vivía en la calle. Por pasar tanto tiempo en la calle, se enteró de que había un dueño de una panadería que sobrevivía transportando pasajeros desde la República Dominicana hacia los Estados Unidos. Mientras lo hacía, su esposa mantenía el establecimiento por él. Desafortunadamente, este proceso era costoso y no cualquier persona tenía la situación financiera para poder permitirse viajar ilegalmente hacia los Estados Unidos. Los únicos que fueron dichosos fueron personas de alta clase o personas de baja clase que ahorraron por muchos meses para poder permitir un viaje tan costoso. A pesar de esto, existía un gran volumen de personas con esta meta, causando situaciones problemáticas para las personas que querían ser incluidas en este viaje, pero no tenían los recursos necesarios para poder pagar. Cuando mi madre pudo organizarse, se programó para finalmente venir a este país. Ella y su amiga juntas cogieron un taxi hacia la playa donde iban a empezar su viaje.
En el camino, las condiciones fueron muy difíciles. Fue importante reconocer que venir a los Estados Unidos fue algo que el conductor del bote específico antes de embarcar. Fue algo muy riesgoso, peligroso, y realmente tuvo potencial de perjudicar muchas vidas en el camino. Sin embargo, la garantía y gratificación de poder ser exitoso al salir del país y llegar hacia los Estados Unidos fue algo que valía toda la pena y riesgo. Mi madre, en ese tiempo, pudo reconocer que a veces, cosas buenas toman sacrificios, y que si fuera fácil ser exitoso en la vida, todo el mundo lo hiciera y no tendría ningún valor si fuera realmente así. En ese tiempo un gran riesgo para mi madre, que estuvo embarazada de mí. Mujeres embarazadas no tenían la prioridad y atención médica que es tan común hoy en día. En vez de tener esta ayuda, muchas mujeres tuvieron que pasar por sus embarazos con poca ayuda. Esto es importante porque durante el embarazo, la anotomía física de una mujer es algo muy sensible. En otras palabras, sus niveles de energía no se comparan a lo de cualquier otra persona en ese viaje. Pero de todos modos, tuvo que ser fuerte para poder llegar a su meta.
Al ponerse de acuerdo con su amiga para ir juntos en este viaje, lograron comprar comida empacada en sus mochilas para durar el tiempo requerido para no morirse del hambre. Al montarse en el bote, muchas personas con las mismas expectativas también estuvieron montados. Desafortunadamente, resulta que nadie pudo estar completamente preparado para las penurias por la cual iban a pasar al ser parte de un viaje tan largo y traumatizante. Por ejemplo, el acceso a la comida fue algo que era restringido, ya que viajando por el mar limitaba acceso a comida. Tenían acceso a la comida que llevaban, pero aun así, tuvieron que ser disciplinados y tuvieron que economizar toda la comida de manera drástica. Muchos niños desnutridos causaron gritos y llantos que mi madre, hasta este día, tiene sueños que, de esa misma manera, pasan por su mente. Viajando por el mar causo una ausencia de esperanza, por el hecho de que el horizonte del mar era lo único que podían ver. Es como si se movían adelante, pero realmente no llegaban a ningún lado. Un día, la amiga de mi mamá que vino con ella, no pudo internalizar la experiencia y esto causo mucho estrés y desesperación en ella. Como resultado, un día, se tiró fuera del bote intentando de suicidarse. El bote iba a una velocidad alta y nadie pudo parar a tiempo para poder rescatarla. Adicionalmente, la niebla impidió que ella fuera visible. A pesar de esto, el conductor tampoco tuvo ninguna presión de detenerse y rescatarla, ya que tal atraso también pudo arriesgar las vidas de otras personas también. Hasta hoy, mi madre no sabe si realmente falleció su amiga pero lo que si sabe es que fue algo que la ha traumatizado toda su vida. En el camino, tuvieron que pasar por otras islas. Por ejemplo, pasaron por Haití y Cuba para poder acumular recursos y alimentos requeridos para llegar hacia los Estados Unidos seguramente. La última parada fue Cuba, una isla localizada aproximadamente 90 millas de Florida. Al llegar hacia Florida, mi mamá pudo coger prestado un teléfono para poder hacer una llamada su prima que vivía en Orlando en ese tiempo. Al recogerla, logro poder trabajar como mesera en un restaurante donde pudo acumular el dinero suficiente para poder coger un autobús “Greyhound” para poder ir a Nueva York, donde vivía su madre (mi abuela). En ese tiempo, el pago mínimo era menos de $5 dólares por hora y tuvo que trabajar por tres meses para comprar ropa, maletas, comida, y finalmente pagar la tarifa del viaje.
Mi abuela en ese tiempo vivía en El Bronx, Nueva York. No era el lugar más seguro y bonito de la ciudad entera, pero si fue un primer paso que pudo abrirle las puertas a mi mamá para poder seguir hacia delante. Por ejemplo, mi abuelo ayudo a mi mamá tener un lugar seguro donde vivir mientras buscaba empleo. Ella pudo conseguir un trabajo como mesera en un restaurante en el Bronx donde trabajo por muchos años teniendo el resto de sus hijos. Se aseguró que sus hijos estuvieran todos estudiando desde pequeños. Siendo una madre soltera y divorciada, fue muy difícil poder trabajar para mantener a un hijo. Eventualmente, encontró a su pareja (mi padrastro), que también era de la República Dominicana, pero ya se había establecido en Nueva York. Con su ayuda, pudo criar mis hermanos a través de la determinación y dejar saber claro que como familia, se convirtió muy difícil para mi madre hacer todo sola y que como buena familia teníamos que ayudarnos uno al otro para poder sobrevivir.
El sacrificio si valió la pena porque al final de todo, sus hijos pudieron tener un mejor estilo de vida. Por ejemplo, yo trabajo para la comisión de taxis y limosnas (limusinas) como instructor, mi hermano es policía en el estado de Florida, y mi hermana es una profesora en el Bronx. Mi madre está de acuerdo con la idea que coger el riesgo de emigrar a los Estados Unidos fue un gran riesgo. Sin embargo, fue un riesgo que valió la pena porque el sacrificio que tomo cuando joven fue un momento que ha podido determinar nuestras vidas desde este momento en adelante. Todos somos muy trabajadores y vivimos cómodamente en este país. Se puede imaginar que si nunca hubiéramos tenido la oportunidad de vivir en la América, nunca hubiésemos aprendido el Inglés, nunca hubiésemos tenido la oportunidad de expandir nuestra educación escolar, y tener acceso confortable a tener nuestras propias familias para poder darle un mejor futuro a nuestros hijos tal y cual como quiso hacer inicialmente mi mamá.
Mi madre pudo aprender que todo en la vida es un sacrificio y que si lograr todo lo bueno en la vida fuera realmente fácil, todo el mundo lo hiciera. Pero resulta que no todo el mundo está equipado con la mentalidad fuerte suficiente para poder bregar con todos los problemas que a veces nos tira la vida. No todos tienen la capacidad mental para poder confrontarse directamente con sus problemas. No es solamente importante confrontarnos directamente con nuestros problemas, pero es muy importante también poder identificar que confrontarse con nuestros problemas a veces influyen la posibilidad de meternos en situaciones arriesgadas que a veces nos perjudican. Pero resulta que a veces el riesgo no debería siempre ser lo que nos impide a llegar a nuestras metas. No deberíamos hacer lo que nos hace feliz porque es demasiado riesgoso. Esto es porque desde que llegamos a este mundo todo ha sido riesgoso. Por ejemplo, el simple hecho de vivir en este mundo es tan riesgoso que no importa lo que hagas, no vas a salir vivo de este mundo. En este caso a veces coger tal riesgo vale la pena si puedes lograrlo exitosamente porque muy similar a un juego de baloncesto, pierdes 100% de los tiros que no tomas. En otras palabras, si uno no toma acción, resulta en un fracaso. Por otro lado, si intentamos, por lo menos tenemos la posibilidad de triunfar. En fin, si el riesgo equivale con la recompensa, realmente si valió la pena.