En marzo del año pasado, 2022, mi mamá me dio buenas noticias cuando llegué del trabajo. ¡Estaba embarazada! Tenía yo muchas emociones en la cabeza y una de ellas era “¿otro bebé?”. Ya tengo otros dos hermanos, ¿pero otro? Le pregunté a mi mama “¿cómo, por qué, para qué?” y solo dijo que era “la bendición de Dios”.
Después de mi confusión, empecé a sentirme muy emocionado y feliz. ¡Voy a tener otro hermano! Empecé a tener otro pensamiento: esto no va ser fácil. Voy a tener que ayudarle más porque estaba embarazada y no podría hacer algunas cosas solita. Y cuando el bebé naciera, tendría que empezar a ayudar aún más a mis hermanos pequeños, como llevarlos a la escuela, cocinar, lavar la ropa, etc.
A los tres meses de embarazo de mi madre, empecé a ayudarla con todo lo que necesitaba. Así fuera algo pequeño, me ofrecía a ayudarla. Cuando ya tenía 5 meses de embarazo, la llevé a su obstetra para su ultrasonido y en ese mismo día dijo que ella iba a tener otra niña! Cuando llegamos a casa, ella la dijo a mi papá y mis hermanos. Mi papá lloró, mi hermana estaba emocionada y mi hermano estaba feliz también.
Cuando tenía 6 meses de embarazo, empezó a buscar muchos lugares que donaran ropa de bebé, leche maternizada, pañales, cunas y otros accesorios que necesitaba para que pudiera conseguirlos gratis y no gastar tanto dinero en ellos. Cuando encontró un iglesia que estaban regalando cosas gratis, me preguntó si podía llevarla en carro para que llevara un montón de cosas a casa. Todo lo que recibió fue totalmente gratis. Estaba muy emocionada y lloró porque todavía estaba sorprendida de que ella iba a tener otra niña. También me sorprendí yo porque quería otro niño en la familia, pero estábamos muy felices con una niña también.
A los 9 meses de embarazo, su barriga era más grande que antes. Siempre estaba malhumorada, tenía antojos y lloraba al azar. Necesitaba descansar más y tenía mucha hambre todo el tiempo. Se preparó mentalmente para el día de nacimiento del bebé. El 3 de noviembre, fue al hospital para una cita, sin embargo, las enfermeras le dijeron que le estaba subiendo la presión y que debía quedarse allí. Cuando mi madre me lo dijo por teléfono, supe que tenía que cuidar de mis hermanos en casa, ya que mi padre trabajaba. Ese día ella estaba muy nerviosa y ya era tiempo para el nacimiento. Se puso de parto a la mañana siguiente. A las 7:34 nació Danna Ballinas.
Esa mañana me desperté con una llamada de Facetime. Contesté y para mi sorpresa era mi mamá con Danna en el pecho. Estaba muy emocionado. Danna se veía tan hermosa. En ese momento, estaba yo dando gracias a Dios por este maravilloso bebé sano. Sabía que tenía que verla en persona y cogerla en mis brazos. Horas más tarde, cuando mi padre se despertó del todo, subimos al coche y nos fuimos rápidamente al hospital. Mis hermanos se quedaron en casa con mi madrina ya que no podían permitir a los niños que entraran en la habitación. Cuando entré en el cuarto de mi mamá, me sentí aliviado de que mi mamá y Danna estuvieron sanas y bien.
Entre 2 meses de cuando Danna nació, aprendí muchas cosas. Tener a un bebé, no es fácil. Pero también aprendí de responsabilidad. Cuando estoy en casa, siempre estoy haciendo algo. Tirando la basura, lavando los platos cuando terminamos de comer, cocinando para mis hermanos cuando lleguen del escuela, dándole a Danna su fórmula cuando tiene hambre. También estoy enseñando a mis hermanos que tienen que ayudar en la casa y no estar mucho en las tabletas. Me di cuenta de que soy un modelo para estos niños y tengo que muestrales que en el future, la vida sólo será más difícil, pero por supuesto, no imposible.