Esta es una historia sobre mi prima menor, Nicole Vértiz. Tiene 19 años, pelo marrón y es alta. Es honesta y confiable, siempre cariñosa, respetuosa y amistosa. Le gusta jugar con sus tres perros y mira muchas películas y programas de televisión en Netflix. Recuerdo cuando era una niña, siempre mencionaba que quería un perro y no dejaba de pedírselo a sus padres. 

En julio del 2019, sus sueños de querer un perro se hicieron realidad. Decidieron traer un perro desde Perú porque en el momento la perra de su tía dio a luz y ella los iba a poner en el refugio. Nicole y su familia se sintieron pena . Meses antes los padres de Nicole ya estaban haciendo el proceso de traer a Hulk, pero sabían que iba a demorar. Todos los documentos que necesitaban para traerlo a los Estados Unidos era difícil. Ya sus padres le dieron la noticia de que Hulk llegaría en mayo de 2019, pero tristemente siguieron retrasando el vuelo. Nicole estaba destrozada porque no podía esperar más. 

“Por fin, mi perro ha llegado,” dice Nicole. Vio un perrito de la raza Shar pei con pelaje castaño y rubio, cara de enojado y bien chiquito, pero sabía que iba crecer. Lo primero que hizo fue abrazarlo y comenzar a llorar . 

Nicole ha experimentado emociones desde que cumplió su sueño de tener un perro. Su amor por Hulk ha marcado un cambio significativo en su vida. A través de esta experiencia, ha aprendido a valorar la paciencia. Esto ha llenado su vida de alegría y compañía. Ha aprendido que durante la espera se ha convertido en una recuerdo de que las cosas buenas llegan a los que saben esperar. Nicole no solo ha encontrado un compañero y mejor amigo, sino también una lección valiosa sobre la importancia de la paciencia y la gratitud.