Ironía de Idiomas

Nací en la Republica Dominicana, donde el español era mi única forma de comunicarme durante mis primeros siete años. Llegó un tiempo en donde mi papá me llevo a mí y a mis hermanos a los Estados Unidos, cuando ya eramos ciudadanos sin saber inglés. Empecé a ir al colegio y me di cuenta de que nadie me entendía ni yo a ellos, inicié mis clases de ESL y aprendí mucho, pero no lo suficiente para pasar el curso ese año. Me esforcé y aprendí todo lo que pude para sonar como los otros niños de mi edad. Pasaron los años y ya estoy en la secundaria, mi inglés está al mismo nivel que mis compañeros, pero mi español ya se me estaba olvidando. Podía comunicarme con mi familia, pero ya se me olvidaban las palabras para cumplir una oración, en esos tiempos solo pensaba en la ironía de la situación, llegue solo sabiendo el español y después se me olvida. Como ya puedes asumir, ahora tengo que aprender el español otra vez. Tengo la ventaja de que puedo entender el español; ahora tengo que ampliar los horizontes de mis conocimientos con respecto al español.

Ahora ha llegado el momento en que tengo que elegir a que Highschool asistiré por los próximo cuatro años, y elegí una escuela hispana en donde el único requisito es provenir de origen hispano. Similar a lo que sucedió cuando llegué por primera vez, mi español no estaba al mismo nivel que el de mis compañeros. Había muchos estudiantes que acababan de llegar a los Estados Unidos. Su objetivo era aprender inglés y el mío era aprender de ellos. Pasaron los años y aprendí a escribir y leer mejor, mi pronunciación de las palabras mejoró bastante, incluso mi acento se parecía a los de mis compañeros. Ya que he hecho lo que pude para aprender, yo comparo mi nivel de español con el de mis hermanos. Mi mellizo no sabe hablar español, él lo entiende, aunque han pasado ocasiones en que el no entiende ciertas palabras que le digo. Mi hermano mayor tuvo 10 años cuando llegó a los Estados Unidos, y él entiende muy bien el español al igual que lo escribe, pero, aun así, él no sabe todo lo que sé yo. He aprendido que las decisiones que he tomado en mi adolescencia son la razón por la cual puedo comunicarme como una verdadera nativa hablante.

Gracias a mis decisiones, yo he podido decir que soy bilingüe cada vez que solicito empleo. Me siento orgullosa por todo lo que he aprendido y por seguir aprendiendo a pesar de mis conocimientos. Todo lo que he aprendido lo voy a usar en mi carrera, ya que quiero trabajar en la industria de salud. Me alegro de poder ayudar a una audiencia más amplia, todo mi esfuerzo ha valido la pena. Mi camino con el idioma de español ha sido una serie de acontecimientos irónicos, pero todo fue necesario para mi futuro y el de mis descendientes. El español siempre ha sido una parte sagrada de mi cultura y quiero que sea valorado y no olvidado.