Creciendo, aunque yo siempre era alguien que sabía español no lo usaba por pena, entonces no podía conectar con mis rutas de Colombia por esa razón. A mí no me importaba saber hablarlo bien o hablarlo tanto tampoco porque mis papás no me obligaban. También me sentía inseguro de hablarlo enfrente de toda mi familia.
Entrando al high school me preguntaban de dónde era yo, les decía de Colombia y se reían porque no tenía acento ni me veía de Colombia y me decían que me veía como un americano. Entonces empecé a escribir más en español y también a hablarlo más con gente latina recién llegados de su país. Lo empecé a escribir por mensaje de texto y poquito a poquito se mejoró mi español y pensé en salir con más gente latina para sentirme más hispano.
Cuando hablé con más gente hispana de la calle o con los papás de mis amigos latinos ellos me decían que mi acento se había mejorado y yo me sentía tan feliz al escuchar eso. Gente en la escuela me decían que dónde había aprendido a hablar tan rápido con ese acento y les decía que con práctica y determinación. Hasta en mi casa habían notado que se mejoró mi acento.
En fin, empecé a hablar con un acento más marcado de Colombia me sentí muy feliz porque acercándose al final del año muchos niños me empezaban a decir “tú cuándo llegaste por aquí”, “cuándo te viniste de Colombia” y me parecía tan chistoso porque yo había nacido aquí en Estados Unidos. Hasta cuando iba a Colombia mi familia me decía “este niño de dónde sacó ese acento”.