Detrás de una ventana

Todo cambió un día en mayo de 2008. Mi hermana y yo les dimos a mis padres y familia un gran susto. Mis padres inmigraron a Estados Unidos por oportunidades y para empezar una nueva vida. Nos tuvieron a mi hermana y a mí, que somos los mayores de cuatro. Tuvimos un  accidente que quizá pudo cambiarlo todo. La vida de mi familia y nuestra relación ha cambiado. Yo nada mas puedo contar lo que recuerdo y lo que mi mamá me ha contado. Después que esto pasó la manera que mis padres nos veían cambió y mi mamá estuvo más presente y mi papá menos para poder mantenernos. Antes, los dos iban a trabajar para darnos ropa, comida, pero lo más importante fue el techo encima de nosotros.

Cuando esto pasó yo nunca pensé que estaría en una cama de hospital o adentro de una máquina que escanearía mi cuerpo . Tenía mucho miedo porque tenía cables en mi cuerpo y me lo quería sacar para irme a casa. Me sentía solo y no podía recordar ni una sola cosa de lo que había pasado por última vez. Quería ver a mi hermana y no la veía por ningún lado. Teníamos esta relación de amor y odio porque siempre peleábamos, pero me preocupaba por ella. Era muy joven e imprudente, pero sabía que todo era culpa mía. Los dos tenemos marcas en nuestra piel y cuerpo para recordarnos qué pasó.

Siempre recuerdo ese día como si fuera ayer. Incluso aparecí en un artículo del Daily News titulado “Dos niños se caen de un apartamento y sobreviven”, algo que siempre me hace pensar y decir “Guau”. Puedes ver cómo cambió mi vida. Era conocido como uno de los niños que cayeron de una ventana en el vecindario. No hace mucho, pasé por allí y pensé “debe haber dolido mucho”. Siempre que le decía a alguien que me había caído de la ventana, me miraban y se reían de mí.

Aprecio a mis padres y cómo nos pusieron por encima de todo lo demás que estaba sucediendo. Fueron capaces de mostramos lo que estaba bien y lo que estaba mal. Nunca más jugamos junto a la ventana ni discutimos como antes, sino que nos cuidamos unos a otros. Siempre miro a la ventana y a veces me quedo  mirando el reflejo y pienso que todo es posible y que con las luchas que tengo que atravesar como primera generación, todo valdrá la pena al final. Sé que mis padres y mi familia no querían ponernos a mí y mi hermana en riesgo, sino  que querían lo mejor para nosotros y yo quiero vivir a la altura de ellos.