Para empezar, voy a contar la experiencia que he tenido de mi primer año en la escuela y como me enfrente a los desafíos académicos y personales durante ese tiempo. Terminé la escuela secundaria en el verano de junio de 2020. Estaba muy feliz, pero realmente no estaba segura de qué hacer después. Tenía la idea de inscribirme en el ejército antes de graduarme de la escuela secundaria. Durante mi último año de secundaria, me había estado preparando para el examen ASVAB (Armed Services Vocational Aptitude Battery) con la intención de unirme al ejército después de graduarme. Pasé el examen, aunque mi puntaje no era excepcional, pero comencé a tener dudas sobre si ese era el camino correcto para mí. Sentía que estaba persiguiendo una carrera que realmente no deseaba.
En ese momento, inscribirme en una universidad de cuatro años ya no era una opción viable, y no quería quedarme inactiva después de la secundaria. Originalmente, mi motivación era complacer a mis padres uniéndome al ejército. Sin embargo, a solo tres semanas antes del inicio del semestre, tuve la idea de inscribirme en Queensborough Community College, y la decisión fue tomada con poco tiempo de preparación
Así que en agosto de 2020, comencé mis primeras clases del semestre y estaba muy nerviosa. Al revisar mi plan de estudios, me sentí abrumada porque era muy diferente a la escuela secundaria. Un mes después, ocurrió un traumático accidente con mi hermano y estaba preocupada. Tuvo que permanecer en el hospital y los gastos médicos eran altos. Mis padres estaban luchando para pagar por los gastos médicos, la renta, y otros gastos. Tuve que tomar la decisión de concéntrame en la escuela o buscar un trabajo para ayudar a mis padres. Sin que ellos lo supieran, decidí buscar trabajo. Empecé a trabajar en Forever 21 ubicado en Queens Center Mall a mediados de octubre. Les dije a mis padres que trabajaba tres días a la semana y que los otros días iba a la escuela, pero en realidad estaba trabajando cinco días.
Mientras trabajaba a tiempo completo y estaba matriculada como estudiante de tiempo completo, perdí la noción de mi responsabilidad educativa. Recuperé mis calificaciones y por desgracia no tuve buenas grados en mis clases, así que tuve retomar las clases el próximo semestre. Me sentí culpable porque realmente quería tener un buen desempeño en la escuela y enorgullecer a mis padres. A pesar de las dificultades, esta experiencia me enseño lecciones valiosas sobre la responsabilidad y la importancia de apoyar a mi familia en momentos difíciles.