Una mamá inmigrante

La protagonista de esta historia es una mujer muy importante en mi vida, es la persona que me dio vida en este mundo, ella es mi mamá. Mi mamá es un ejemplo de una mujer fuerte, le describo con esa palabra de todas las palabras buenas que hay en el vocabulario porque mi mamá ha luchado por mi hermano y por mí cuando éramos pequeños y hasta hoy, todo trabajando al mismo tiempo, sola y casada. Es una mujer que es seria pero le encantan los chistes, le encanta la limpieza y el orden pero hace un relajo al mismo tiempo, le gusta ver la educación en la gente y divertirse. Unas características que puedo conectar con mi mamá que puede ser importante para su historia que voy a contar es que ella es una mujer trabajadora, fuerte, no solo mentalmente pero físicamente, humilde, leal, real, chistosa y seria cuando es necesario. La historia que voy a contar va a ser sobre su vida como inmigrante antes de venir y en los Estados Unidos. La historia de una madre inmigrante es muy interesante e inspiradora, por este razón elegí contar la historia de mi mamá. 

Mi mamá es Cuenca, Ecuador, pero después de su vida se mudó a otro ciudad, Guayaquil. Durante su tiempo en Ecuador, ella tenía una niñez muy dura y madura. Ella se crio con sus papás y todos sus 11 hermanos en una casa pequeña que solo tenía dos camas, una pequeña cocina y baño. Aunque atendió a la escuela solo hasta el sexto grado, para ella, la escuela fue muy bonita pero a pesar de sus muchos sueños de seguir estudiando hasta la universidad, se puso en pausa porque no tenía el dinero. A la edad de 12, es cuando terminó la escuela y necesitaba trabajar. Ella ayudaba a su mamá por un tiempo en tejer sombreros “tocia”, un tipo de sombreros que es parte de la cultura ecuatoriana, para vender y poder hacer dinero para gastos de comida y casa. Aparte de ayudar a su mamá, también necesitaba ayudar a criar a sus hermanos que eran menores. Después de ese tiempo, a los 18 años, ella viajo a Guayaquil para poner su propio negocio en vender batidos de frutas junto con uno de sus hermanos. Su turno para comenzar su camino a los Estados Unidos llegó.  

1995, el año que decidió venir a los Estados Unidos. Durante su camino a los Estados Unidos, cruzó por países y momentos que fueron duros físicamente y mentalmente para ella. Después de pasar todo esos momentos duros, al fin logró llegar a los Estados Unidos sana pero también cansada porque el camino fue muy cansado y largo. En su primer día aquí, fue recibida por sus hermanos. Llegó a Manhattan, New York, y estaba contenta y feliz porque para ella era su sueño venir a los Estados Unidos y lo logró. Mi mamá conoció el nuevo lugar donde iba a estar viviendo junto con sus hermanos, un apartamento con un cuarto pequeño. Días después de llegar, mi mamá comenzó a trabajar, comenzó a reciclar botellas, después en unas factorías de Manhattan de ropa, y al final en un gimnasio en Manhattan también.

Durante su tiempo aquí, conoció a mi papá en una fiesta en Nueva Jersey que estaban celebrando y fue junto con sus hermanos. Después de ese día, se conocieron poco a poco y después se juntaron y tuvieron a su primer hijo, mi hermano mayor. Como inmigrante, mi mamá, teniendo su primer hijo, fue una nueva responsabilidad para ella ya que era madre y necesitaba trabajar duro. 

Durante los años de estar en los Estados Unidos como inmigrante, se siente feliz pero también frustrada por cómo están las cosas en el país. Pero aparte de eso, ella está muy agradecía con dios y con su familia en ayudarle a cumplir sus sueños de venir aquí.