Rosa, originaria de Ecuador, cuenta con tristeza su niñez, ya que al tener ocho hermanos creció con muchas limitaciones. Su padre era militar y su mamá ama de casa. Rosa recuerda que desde muy pequeña su madre era muy violenta y maltrataba física y verbalmente a sus hermanos y a ella diariamente. En su hogar nunca existieron lujos y tenían lo justo para sobrevivir. Sin embargo, Rosa creció como una mujer luchadora gracias a su fe y amor a Dios. Con una personalidad extrovertida, Rosa se considera un ser de paz que no tolera ninguna injusticia hacia una persona o ser viviente.
Su vida dio un giro inesperado cuando Rosa, en su adolescencia, llevada por su curiosidad y amor por la lectura, leyó un libro de magia. Todo cambió desde ese momento, ya que en el libro de magia descubrió cómo se formaba el ejército en el infierno. También descubrió cómo hacer contactos con espíritus, por lo que ella trató de comunicarse con uno dando tres golpes en la pared. Tenía que recibir también tres golpes en la pared del espíritu que se iba a comunicar con ella, tal como decía en el libro que estaba leyendo. Sin embargo, ella corría el riesgo de comunicarse con un espíritu maligno. Por eso, cuando recibió los tres golpes por parte de un espíritu, decidió no responder. Rosa nunca pensó que lo que estaba escrito en ese libro era real, pero desde que experimentó este suceso paranormal, experimentó hechos y experiencias que marcarían su vida y la de sus seres queridos para siempre. Cree que en ese momento abrió un portal de un mundo de espíritus que le hacían experimentar acontecimientos paranormales que no la dejarían en paz durante mucho tiempo.
Recuerda que, casi veinte años después de haber intentado comunicarse con un espíritu en su adolescencia, le sucedió un evento muy extraño en su casa. Tenía cuarenta años. Una noche, sus hijas se encontraban durmiendo en otra habitación y ella había discutido con su esposo. De pronto, su esposo, con una voz temblorosa y baja, le dijo: “Mira la puerta, mira la puerta, alguien entró a la casa. ¿Cerraste la puerta?”. Cuando ella miró a su alrededor, observó muchas siluetas oscuras como fantasmas que venían uno detrás de otro, mientras el marco de la puerta se iluminaba con unas luces violetas y celestes. En ese momento Rosa sintió escalofríos por todo el cuerpo y mucho miedo al ver fantasmas en su hogar. No obstante, no sabe de dónde, pero saco la valentía y fuerzas para levantarse y prender la luz de su cuarto e inmediatamente todos los seres fantasmagóricos desaparecieron. Desde ese terrorífico acontecimiento, se mantenía vigilante y nerviosa en su casa.
Ese suceso paranormal que experimentó en su casa solo fue el inicio de una secuencia de sucesos extraños que la perseguirían por el resto de su vida a ella y a sus hijas. En efecto, Rosa alega que en la casa de Cuenca, Ecuador, en que vivieron ella y sus hijas durante veinte años vieron fantasmas, objetos que se movían sin razón y oían ruidos extraños por las noches. Llegó a la conclusión de que en su casa existía una presencia o un ser maligno que quería aterrorizar a ella y a su familia para sacarlas de su propia casa. Además, Rosa se sentía muy triste y desolada al saber que sus familiares cercanos creían que ella y sus hijas estaban locas o fantaseaban al contar sus experiencias paranormales en su casa.
Comenta que después de que ocurrieron estos sucesos, pidió ayuda religiosa. Al principio recurrió al párroco de una iglesia cercana para que bendijera la casa y le diera la santa comunión a su familia. Sin embargo, los sucesos paranormales seguían ocurriendo constantemente y con más fuerza. Rosa recuerda que nunca se rindió y siguió buscando ayuda con otros padres católicos. Recuerda que lo único que ayudó a lidiar con estos sucesos paranormales fue el consejo de un sabio padre que le dijo que” tenían que sacar de su cabeza que existían estos seres paranormales, ya que cuando las personas piensan en algo o le temen, le dan poder a ese ser”.
Después de haber vivido veinte años en una casa donde ocurrían hechos inexplicables y haber presenciado espíritus en ella decidió venderla. Desde ese momento, ella y sus hijas se liberaron de todo el sufrimiento y experiencias paranormales que las acechaban en la casa en la que vivían antes.
Rosa concluyó la entrevista diciendo que después de todos los sucesos paranormales que le ocurrieron a ella y a su familia, recomienda que, para librarse de algún espíritu o presencia sobrenatural, es importante no darle importancia y mucho menos temerle. Rosa recuerda todas sus experiencias con espíritus y sucesos inexplicables con tristeza, ya que esto ha dejado una marca en su familia. Sin embargo, está agradecida a Dios y la vida por darle la oportunidad de tener una vida nueva, llena de paz y felicidad con su familia, dejando en el olvido todo lo que les sucedió en su antigua casa. Además, aconseja a las personas que están experimentando lo mismo que ella que se apeguen más a Dios, ya que él es nuestro único salvador. Y también cree que Dios es el único que tiene el poder absoluto sobre la tierra y puede cambiar nuestras vidas. Pero sobre todo, Rosa cree que nuestra mente es poderosa y si nosotros creemos en algo lo hacemos posible.