La travesía hacia un mejor futuro

Tuve la oportunidad de entrevistar a Alexis Saltos, actualmente mi compañero de vida y padre de mis hijos, sobre lo que fue la vida de un chico joven para encontrar un mejor futuro. Es una persona que, a pesar de tener una vida difícil, en la actualidad es un hombre fuerte y luchador. Tiene un buen trabajo y ha podido salir adelante con su familia.

Alexis era un chico joven que vivía en Guayaquil, Ecuador, junto con su madre y hermano. Este joven, ahora recuerda bastante su infancia y dice que su niñez fue “hermosa, linda y muy divertida”. Alexis vivió mucho tiempo separado de su padre a quien no vio por muchos años, porque los dejó para irse a EE.UU en busca de un mejor futuro. 

La vida en Ecuador no fue fácil para Alexis y su familia. El país tenía un porcentaje muy alto de crimen, del cual fueron víctima en su momento. Su familia, desafortunadamente, tuvo la experiencia de un robo que los dejó muy traumados. La amarga situación que vivieron durante este crimen hizo que su madre tomara la decisión de viajar hacia los Estados Unidos junto con otros familiares y poderse reencontrar con su padre y buscar una mejor vida.

A sus 14 años fue cuando todo cambió para Alexis. Su familia inició la travesía rumbo a un nuevo destino. El no tener documentos para salir del país no fue un impedimento para ellos, así que decidieron hacer lo que hoy en día muchos hacen, que es venirse por la frontera. Viajaron hacia México como su primer punto de salida. “Tuvimos que, coger un avión hasta México, de allí a Acapulco Guerrero, de Acapulco hasta Altar Sonora”. Al llegar a este punto le tocó caminar mucho: “Fueron tres noches caminando, y por el día dormíamos”.

A pesar de esta larga y complicada travesía, pudieron ver la luz al final del túnel. Después de un poco más de un mes ya estaban en territorio americano. Con tanto sacrificio y mucho riesgo, ¡llegaron a Arizona! Al llegar aquí contaron con la ayuda de una apartamento para que él y su familia descansaran y así poder llegar después a su destino, donde su padre los estaría esperando.

“No llegamos a NY, nos recogieron en NJ”, recuerda Alexis como si fuera ayer. Ese día tan esperado por fin había llegado. Su padre estaba allí esperándolos en su llegada. “Me sentía muy feliz y emocionado de ver a mi padre después de diez años”, es como recuerda Alexis su reacción.

Pasaron los días y Alexis comenzó a estudiar, pero después de un tiempo dejó sus estudios para dedicarse a su trabajo. A los 22 años tuvo su primera hija y formó su familia. Ahora es padre de tres y solo se dedica a trabajar diariamente para mantener a flote su hogar. Aprendió a valorar más a sus padres y a ver la vida con un sentido diferente. Se dio cuenta que para tener una mejoría hay que luchar y nunca rendirse.

“Volvería a vivir en mi país, pero valió la pena el cambio”.