La protagonista es mi tía Angela Lema, que es la hermana de mi abuela. Nació en la República Dominicana y es una mujer muy valiente y fuerte. Una característica que tiene es que no importa dónde estás, te ayudará con cualquier cosa. Tenía diecinueve años de edad cuando emigró a Estados Unidos. Luego en 1973 se mudó a Long Island City, Nueva York. Hoy en día vive con su esposo en Carolina del Norte.
Angela Lema nació el 1 de marzo de 1955. A los cinco años su padre se murió. Vivía en el campo con su mamá, Ramona Tavares, y sus hermanos Alcides y Ángel. Tenía una niñez linda y muy sana. Podía jugar sin tener problemas y siempre estaba alrededor de sus hermanos y vecinos. Era un tiempo que no tenía tecnología y jugaba con los palos y en los árboles porque eran pobres y su mamá no podía comprar juguetes. Cuando era niña, tenía miedo de que la casita en que vivía con su mamá y sus hermanos se iba a caer porque era una casa humilde. Años después, ya como adulta y por las condiciones en que vivía pensó que si emigraba a los Estados Unidos, podía dar su familia una vida mejor.
En 1973 emigró de Tenares, República Dominicana, a Estados Unidos. Tenía diecinueve años y vino con la ilusión de estudiar y ser una profesional. Fue a clase de inglés y trabajó para ser una secretaria de oficina. Después de un año de emigrar, conoció a Segundo Lema. Se casaron el 18 de julio de 1974. No mucho tiempo después Angela quedó embarazada de su primera hija Rosemary Lema. Angela dijo que siendo madre le hizo madurar como mujer y fue un momento muy especial. Desde ese momento, le cambió su vida para siempre.
Meses después de tener su hija, su salud no estaba bien. Su doctor le dio malas noticias y la diagnosticó con cáncer en el colon. Sufrió mucho porque tenía miedo de no poder cuidar a su hija pero trató de superar su dificultades. Algunos meses después de pasar por quimioterapia, el doctor le dio la buena noticia de que estaba sana. Poco a poco todo volvió a la normalidad. Después de que se curó, tuvo su segunda hija, Michelle Lema. Por la condiciones en que vivían en Nueva York, como el área en la que vivían, decidieron mudarse a Carolina de Norte. Han estado casados por cuarenta y nueve años. Hasta este día viven en la misma casa de en Carolina del Norte. Su esposo la apoyó mucho con su enfermedad y obtuvo un bien trabajo. Ella tomó la decisión de que estaba bien y luego encontró un trabajo. Después de todos estos problemas podía seguir adelante.
Angela pasó por muchas dificultades y dijo “veo esta experiencia en una forma positiva porque vi otra oportunidad que Dios me dio y me hizo seguir luchando para tener una mejor vida”. Si, pudiera hacer algo diferente, ella habría estudiado porque sabía con un título aniversario podía tener más oportunidades. Pero por el trabajo que tenía y otras responsabilidades no pudo. Pero no se arrepintió porque tenía dos hijas buenas, sus nietos, sus esposo y su casa. En cada momento dio gracias a Dios por todo. Un consejo que da a los jóvenes es que en la vida tienes que tener metas y buscar cómo cumplirlas para ser una persona segura. Con nuestros esfuerzos podemos lograr esas metas para superarnos.