¡Recuerdo especial de mi hermana!

Rosa María Cruz es mi hermana, nació en los Estados Unidos y tiene veintinueve años en el año dos mil veintitrés. Es muy graciosa y creativa con gente que la conoce muy bien, pero es tímida cuando la conoces por primera vez. Vive con su mamá y hermanas en Elmhurst, NY, siendo la hermana mayor de las tres. Habla inglés y español, pero aún tiene problemas pronunciando muchas palabras, pero eso no la detiene de decir chistes todos los días. 

En el año mil novecientos noventa y seis mis padres y Rosa vivían en los EE.UU, pero por motivos personales de mis padres se tuvieron que ir a México. En México mis padres decidieron regresar a los EE.UU sin Rosa, quien en esos momentos tenía dos años. Rosa no recuerda muy bien cómo fue porque era muy pequeña, pero un recuerdo que sí tiene es cuando nuestra abuelita le dijo que era muy difícil que ella se separara de su mamá y que estaba llorando mucho. También recuerda que nuestros padres siempre estaban pendientes, haciendo llamadas cada mes y mandaban dinero para que nuestros abuelos le compraran lo que ella quería. “Solo escuchaba yo que trabajaban mucho, tenían mucho trabajo. Por eso no llamaban continuamente”, dijo Rosa. 

Un año después Rosa comienza a tener recuerdos de cómo la pasó en México. Recuerda momentos felices, como cuando fue a una carne asada en el campo con sus padrinos de baptismo y jugaba en la tierra con los niños en los campos. “Me recuerdo montar en burros con mi abuelito cuando veníamos, dándole una vuelta por la plaza.” explicó Rosa. Recuerda que siempre se lo habían celebrado. “Aún me acuerdo de el último año que celebré mi cumpleaños allá antes de regresar a los Estados Unidos. Me acuerdo de que me habían comprado hasta cuatro pasteles para celebrar mis cuatro años y estoy muy agradecida por eso”, dijo Rosa. 

Pero, aunque estaba feliz tenía que regresar al país donde nació, los Estados Unidos. En el último día de estar en México recuerda que la sentaron y le comenzaron a explicar que iba a un lugar diferente, pero que iba poder estar con sus padres otra vez. Para ella fue muy extraño porque al ser pequeña pensaba de otra manera. Cuando le pregunté por sus sentimientos me respondió: “Triste porque, como te vuelvo explicar, pensé que mis abuelitos eran mis padres y mis tías eran mis hermanas. Entonces pensé que estaba yo dejándolas a ellas y me iban a separar. Si fue un poco duro al pensar que ya no las iba yo a ver”. Después de su plática la llevaron al aeropuerto, donde estaba un tío preparado para viajar con ella en el avión a los Estados Unidos. Estando dentro del avión recuerda tener sus muñecas y sentarse al lado de la ventana del avión. ¨Me sienta y dice ‘oh, pero vamos a tomarte una foto para que tengamos una foto de recuerdo’ y me tomó una foto. Es lo que me recuerdo de ese día”, explicó Rosa.  

Rosa regresó a los Estados Unidos cuando tenía cuatro años en julio del año mil novecientos noventa y ocho. Cuando llegó, nuestro tío la presentó a nuestros padres, pero la reacción de ella era extraña porque no conocía quienes eran ellos mientras nuestros padres sabían quién era ella. “Fue como un shock como de ¿tú quién eres?, en ese aspecto. Pero después fueron hablando, ya los conocimos, me explicaron la historia de por qué no me pudieron ver, pero que siempre estuvieron junto a mí.” dijo Rosa. Aparte del problema de reconocer a sus padres, también tuvo muchas dificultades adaptándose a los Estados Unidos. Explica que al estar en México creció hablando la lengua de español, creció libré con campos y con muy poca gente. Pero los Estados Unidos era muy diferente porque había más de una sola cultura, La gente se vestía diferente, el idioma era otro al que reconocía, había también diferentes comidas. Era un mundo muy diferente al que estaba acostumbrada.  

En fin, Rosa pudo aprender mejor yendo a la escuela. Era difícil porque no tenía a alguien quien supiera hablar y escribir al cien por ciento inglés en la casa para enseñarle, pero no se dio por vencida y siguió aprendiendo lo mejor que ella podía. “Aprendí que no siempre estar cerca o pendiente de uno significa que te han abandonado, sino es que creces con una costumbre diferente por las circunstancias de la vida y te hacen madurara un poco más”, explicó Rosa. 

Lo que yo aprendí de mi hermana es siempre tener una mentalidad positiva cuando algo se ve diferente o cuando hay nuevas oportunidades. Escuchando la historia de mi hermana me hizo sentir agradecida por tener una hermana que me sigue dando consejos, me apoya en todas mis decisiones. Yo pude aprender a escribir, hablar y leer en español e inglés con más facilidad ya que tenía papas quienes hablaban español y una hermana mayor que sabía más o menos cómo iba el inglés. Estoy orgullosa de tener una hermana mayor quien su sonrisa llena todos de alegría y se llama Rosa María Cruz.