Siempre he sido el tipo que se cree lo más, y esa mentalidad casi me cuesta la vida manejando mi bicicleta. Tenía 15 años y en este tiempo me gustaba manejar mi bici mucho, especialmente en Manhattan, pero todo eso cambio muy rápido.
Era un sábado, el 15 de mayo, 2021, me desperté a las ocho de la mañana y preparé para irme. Comí, me cambie, eché botellas de agua en mi bolsa y chequeé mi bici si tenia algún problema, pero no. Ahora tenía que planear por dónde me iba, con la intención de terminar en Manhattan, pero no sabia en qué puente me iba subir: el de Queensborough, RFK, Brooklyn… había muchos opciones. Como quería que fuera una viaje largo, decidí que iba a subir a todos los puentes, los de Queens y Brooklyn.
Salí de mi casa y, como siempre, manejé rápido, queriendo ganarles a todos, pero cuando llegué al puente de RFK, ahí sí empecé a ir más despacio porque donde van los bicis no hay mucho espacio. Llegué a Randalls, pero rápidamente me salí y entré en Manhattan.
Ya en Manhattan fui directamente al puente de Queensborough sin problema hasta que llegué allá. Siempre tuve miedo de pasar delante del puente porque salen y entran carros de todos lados y es difícil decidir de dónde van a venir primero y si es posible que me puedan chocar pero todavía manejo rápido, y bueno, mi imaginación se hizo realidad. Me pasé la luz roja pensando que les iba a ganar a los carros y, como consecuencia, me chocaron.
Después de eso, aprendí a manejar mas despacito, no pasar los luces rojas y que no soy tan invencible como he pensado. Por este motivo, si haces lo que yo solía hacer, especialmente en bici, manejando rápido y pasando las luces en rojo, te animo a que no lo hagas porque no vale la pena morir.