La mudanza

Mis padres siempre querrán lo mejor para mi hermano y yo, por eso buscaron la mejor manera para darnos todo. La relación que tengo con mis padres no es tan unida como debería. Mi mama y yo nos llevamos bien porque tenemos esa confianza y comunicación, la cual no tengo con mi padre. Sin embargo mi hermano y yo tenemos una relación distinta en la cual es muy rara porque, siempre discutimos pero estamos ahí juntos. Llegó un día en el cual todos tenemos diferentes opiniones sobre si es correcto o no de mudarnos. 

Mi mamá nos llamó en una voz muy triste, tenía una cara muy pálida y no sabia como comenzar. Le pregunté que pasó y no contestó pasaron unos minutos y recién tuvo el valor de decirnos que, nos íbamos a mudar. La razón por la cual nos teníamos que mudar era porque mi mamá tenía un nuevo trabajo y la distancia era demasiado larga. Entonces mi mamá, mi hermano y yo nos tuvimos que ir por esa razón. No era la mejor idea pero no había otra opción que mudarnos. Comenzamos a empacar nuestras cosas, y ponerlas en el carro. Ya era hora de irnos a Queens New York. Cuando salíamos de la casa sentí mucho tristeza porque tenía que dejar todo atrás por ejemplo, el lugar donde crecí, las amistades que tenía dentro y fuera de la escuela, y en general todo los recuerdos bonitos que hice. 

Minutos antes de llegar a la nueva ciudad todo se veía diferente en el camino. La gente, las calles, la ciudad misma era diferente a lo cual no estaba acostumbrada. Cuando recién llegamos a nuestra nueva casa, había muchas personas afuera de sus casas. Era muy raro para nosotros ver porque, donde nosotros antes vivíamos no se veía cosas así. El día llegó de comenzar en una nueva escuela, no conocía a nadie, solo a mi hermano. Mi hermano es muy amigable por lo cual se le hacía fácil de hacer amigos. En cambio yo no soy una persona sociable. Muchos de los estudiantes ya se conocían y me sentí muy incomoda. Pero, pasaron los días y semana y poco a poco hice amistades con algunos de mis compañeras de clase que al comienzo yo no quiere habla con nadie pero aprendí aceptar que no todo tiene que ser igual como antes.

El día llegó de comenzar en una nueva escuela donde no conocía a nadie, solo a mi hermano. Mi hermano es muy amigable por lo cual se le hacía fácil de hacer amigos. En cambio yo no soy una persona sociable. Muchos de los estudiantes ya se conocían y me sentí muy incomoda. Pero pasaron los días y semana y poco a poco hice amistades, con algunos de mis compañeras de clase que al comienzo yo no quiere habla con nadie pero aprendí aceptar que no todo tiene que ser igual como antes.

Al principio de la mudanza a mi hermano y a mí no nos gustaba comenzar de nuevo otra experiencia nueva. Sin embargo, buscamos la razones buenas de las cosas diferentes que pudimos hacer y conocer. Finalmente, nos acostumbramos a nuestra nueva hogar que era muy difícil. Pero aprendí no solamente aceptar la razón por lo cual nos mudamos sino también acepté conocer a diferentes amigos/a.