Un miembro de mi familia que pasó y logró muchas cosas en su vida fue mi padre. Es una persona muy trabajadora y humilde y aunque tuvo muchos obstáculos nunca se rindió. Siempre quiso que yo y mis hermanos tuviéramos una vida mejor de la que él tuvo. Y eso significaba que, si tenían sus hijos una buena vida, tenía que dejar lo que amaba hacer.
Se llama Jesus Coyotl. Nació en México, Puebla. Creció en un pueblo muy chico. Estudió en la Universidad Tecnológica de Huejotzingo tecnología y electrónica. Sabía mucho de eso: en su casa arreglaba enchufes de pared y también sabía mucho de arreglar los aparatos electrónicos. Le gustaba hacer todo eso pero sabía que cuando tuviera hijos no iba a ser suficiente para mantenerlos. En el año 2004 Jesús tuvo un hijo y quería lo mejor para el para que tenga buen estudio.
Quiso que cuando crecieran sus hijos tuvieran mejor vida que él, entonces decidió irse a los Estados Unidos. Llegó al Bronx en el año 2004 y empezó a buscar trabajo por donde sea desesperadamente. Durante la primera semana se le hizo muy difícil encontrar trabajo porque no sabía inglés, pero después de unos días de buscar, encontró trabajo de construcción en Manhattan. En ese trabajo él no estaba a gusto porque lo trataban como si fuera menos que todos y sentía que lo arrimaban a un lado. Después decidió trabajar de carpintero y ahí mejoró un poco.
A Jesús se le hizo difícil adaptarse en el lenguaje y culturalmente. Aprendió la cultura hablando con las personas y conociendo gente. Para aprender el lenguaje entró a una escuela de inglés y se le hizo difícil porque era algo muy nuevo para él. Culturalmente poco a poco él se fue acostumbrando y adaptando. Se acomodó a la cultura y nunca se rindió para que sus hijos y su esposa siempre estuvieran bien. Jesús arriesgó mucho: dejó a su familia y todo lo que tenía allá pero todo le salió bien después. Ahora él tiene una vida estable y contenta con sus hijos y su esposa.