La sanación de un amor perdido

Era diciembre de 2022 y era mi tercer año de colegio. Recuerdo que estábamos en el periodo de almuerzo con todos mis amigos y siempre veía a Danny. Él siempre se sentaba en nuestra mesa porque teníamos amigos en común. Nuestra amistad comenzó cuando me acerqué a él y le hablé más, ya que noté que era muy callado y reservado. Él se sentaba más alejado de todos, entonces quería estar ahí para él. No sé por qué, pero me llamó la atención. No me imaginaba que ahí es donde comenzaría nuestra amistad. Nos hicimos tan buenos amigos y nunca me imaginé que tuviéramos tantas cosas en común. Nosotros hablábamos por teléfono todos los días y teníamos los mismos gustos en música. Teníamos las mismas bandas favoritas, como Weezer, Arctic Monkeys, Queens of the Stone Age y mucho más. Hablábamos de nosotros mismos el uno al otro. Él era filipino e italiano, lo cual me pareció muy intrigante. Nos sentábamos cerca en el periodo de almuerzo todos los días. Recuerdo cuando yo les decía a mis amigas lo guapo que era y nunca había sentido esto por alguien; recuerdo las mariposas que sentía en mi estómago.

Meses pasaron, ya era abril de 2022 y estaba locamente enamorada de Danny. Me pidió que fuera su novia el 2 de abril de 2022. Sentí que nada más importaba en el mundo; yo solo era una chica de 17 años que nunca había sentido este amor. Él era mi primera relación seria. Durante nuestro tiempo en el colegio, siempre lo pasábamos juntos. Salíamos a todos lados, y recuerdo que lo que más nos gustaba hacer juntos era probar cosas nuevas o explorar lugares geniales. A él le encantaban los carros (coches) y siempre que veíamos uno bonito, le sacaba fotos, y yo me quedaba mirando y admirando su gran admiración por los coches. Hacíamos todo juntos como cualquier pareja. Pero yo siempre pensaba que éramos diferentes y únicos, creía que nadie nos entendería como lo hacemos nosotros. Sí, claro, tuvimos nuestros malos días; otros dirían que éramos tóxicos porque siempre discutíamos, pero yo pensaba que simplemente estábamos pasando por una tormenta difícil, tratando de encontrar la manera de salir.

Cuando nos graduamos del colegio en el año 2023, mi mayor miedo era que no íbamos a funcionar en la universidad, ya que nos tocó ir a diferentes escuelas. El verano antes de la universidad fue genial, pero luego empezó nuestro primer semestre y todo se fue al garete. Casi no tuvimos tiempo para vernos, peleábamos mucho en discusiones, las cosas empezaron a no sentirse igual y ahí es cuando me preocupé. Entrando el año de 2024, Danny y yo empezamos el año mal, con constantes discusiones por las cosas más pequeñas, y empecé a notar un cambio que no me gustaba. Cada vez que discutíamos, sentía que estaba hablando con una pared. Mi comunicación no era la mejor, entonces eso no ayudaba en nuestras peleas y discusiones. Sentía que su amor por mí se desvanecía día a día, aunque él siempre decía que sí me amaba; yo sentía que no era suficiente. Lloraba todas las noches porque quería que él cambiara y pusiera más esfuerzo en nuestra relación, pero no lo hacía. Empezamos a discutir cada día y cada semana hasta el punto de que nuestra relación ya no funcionaba. Pensé yo: “¿Cómo voy a estar en una relación donde cada rato estoy llorando y perdiendo la cabeza?”. Sentí que era la única que intentaba luchar por nuestra relación y usé todo mi esfuerzo porque lo amaba tanto y no podía imaginar mi vida sin él.

En marzo de 2024, Danny y yo rompimos porque ya no funcionaba. Me arrepentí inmediatamente y me dije a mí misma que si amaba a Danny, pasaríamos juntos por todas las terribles tormentas, pero para él esta era la única manera de salir. Él quería seguir conviviendo y ser amigos. Lo intentamos, pero no funcionó. ¿Cómo podría ser amiga de alguien a quien amaba con todo mi alma y con quien había planeado mi vida? Durante los siguientes meses, caí en una profunda depresión. Mi mamá se preocupaba mucho por mí. Yo tenía miedo de no poder encontrarme ni amarme de nuevo. La idea de convertirnos en desconocidos me mataba. Me dolió el alma, sentí que perdí mi otra mitad. Era como si estuviera de luto por alguien que aún vivía. Lloraba todas las noches mientras él vivía su vida. Miraba nuestras fotos y lloraba, escuchaba “nuestras” canciones y rememoraba nuestros recuerdos. Él dejó de preocuparse por nosotros y me asombró cómo un hombre que me amó tanto pudo rendirse así como si nada.

Tuve que priorizar mi salud mental, así que tuvimos nuestra última conversación en persona en enero de 2025 y sí… nos llevó casi un año cortar la comunicación. Lo abracé fuerte mientras las lágrimas corrían por mis mejillas, sabiendo que probablemente sería la última vez que lo volvería a ver. Ambos sabíamos que esto ya no iba a funcionar y le dije que este capítulo nuestro tenía que terminar. Mi corazón estaba cansado; él no merecía el gran corazón que yo cargaba conmigo, no importaba cuánto me doliera. Tenía la esperanza de que volviéramos a estar juntos, pero ya no lo esperaba más. Fue entonces cuando me dije a mí misma: “Ya está, esto se acabó”. No puedo seguir leyendo el mismo libro sin saber qué pasará al final. Es hora de cerrar este capítulo y seguir adelante con mi vida. Danny no es el mismo chico del que me enamoré.

Ahora, en este presente, mirando atrás, me llevó tiempo aceptar cómo terminaron las cosas. Aprendí que sanar lleva tiempo, no desaparece de la noche a la mañana. Comparando con cómo yo estaba el año pasado, estoy en un lugar mucho mejor. Sí, siempre guardaré un resentimiento, pero jamás podría odiarlo. Esto me acerca más a convertirme en la persona que debo ser y me prepara para una relación más sana en el futuro. Ahora es el momento de vivir mi vida y concentrarme en lo más importante: yo misma, mi familia, mis amigos y la escuela.