Una nueva vida

María Victoria Huerta. Este nombre es de una persona que se vino a los Estados Unidos para buscar una vida mejor. Ella logró eso y mucho más. Es una persona con mucho cariño en su corazón. Tiene el respeto de mucha gente porque es amable y siempre pone a otra gente primero antes de ella. Aunque su pasado es difícil nunca lo enseña. Si le preguntabas a alguien de ella sólo hablarán cosas bonitas. Su personalidad es la que la hace única. Tiene un corazón único y lleno de  mucho amor.   

María nació en un pueblo pequeño en México. Desde los 10 años empezó a trabajar para ayudar a su familia. Dejó de estudiar y se fue a la ciudad de México para cuidar niños también solo siendo una niña. Vivía en la casa de sus jefes donde trabajaba de lunes a sábado. Solo los domingos era que ella iba a ver a su abuela, ya que su abuela vivía en la ciudad con ella. Casi nunca veía a sus padres porque vivían en el pueblo. Cuando veía a su padre solo era un encuentro rápido y solo para darle el dinero que ella ganaba. Estuvo en esa casa por más de 10 años. Le gustaba trabajar y nunca se molestaba. Al salir de compras un día conoció a Héctor. En el momento que lo conoció sabía que su vida iba a cambiar.  

 Ellos se hicieron novios y fue cuando él le dijo que quería venir a los Estados Unidos. Andaban juntos por un tiempo antes de llegar a la conclusión de venir a los Estados Unidos. Primero Héctor se fue y al año siguiente ella lo siguió. Tuvo un gran impacto en su vida, no solo porque más adelante formarían una familia juntos, sino porque si no fuera por él tal vez nunca tuviera el valor de venir. Esto era una gran oportunidad para ayudar a su familia.   

Cruzar la frontera no fue algo fácil para María. Se vino con unos tíos de Héctor. Pasó hambre y tenía mucho miedo porque no había suficiente agua o comida para todos. Además pensaba en su familia, más en sus hermanos porque ella los crió. No sabía cuándo los iba a ver otra vez. Pasó por muchos lugares peligrosos y se demoró una semana en cruzar. Tiene un recuerdo gateando debajo de un puente como un bebé y tratando de estar abajo para que no lastimarse. 

Un vez que logró cruzar se sintió agradecida a dios y estaba más relajada que lo peor ya pasó.

Sus primeros días fueron difíciles, tratando de entender un nuevo idioma o tratando de conocer el lugar donde estaba. Sus emociones el primer día fueron de felicidad y tristeza.   

Ella mira su pasado agradeciendo a dios que todo salió bien en su vida. Aunque tenía que pasar por muchas cosas para estar aquí, no se arrepiente de su decisión. México siempre será parte de su vida. María lleva 25 años aquí y está más feliz que nunca. No mira su pasado como algo malo sino como una experiencia. Mira su futuro aquí en los Estados Unidos feliz con su familia que son sus hijos y amigos. Agradecida por todas las oportunidades que ha tenido y las más por venir.