Nuestro propio camino

El destino puso a un ser muy importante en mi vida y en mi familia que con sus experiencias y lecciones me ayudó a entender más mi camino. Mi tío es como un padre para mí, su nombre es Daniel Duarte, nació en el año 1989 y actualmente tiene 32 años. Él me entiende de una forma que es como si tuviera mi edad, es mayor de edad, pero parece menor de edad (22). Esta crónica es sobre cómo tomó la decisión para llegar a este país cumplir sus sueños del futuro.

En la entrevista él me contaba que se fue de Perú (el país de origen) en el año 2005 para llegar a Estados Unidos. A la edad de 16 años se vino solo a vivir con unos de sus tíos por parte de padre, que también vivía solo. Decidió venir, porque su familia era muy pobre y él quería ayudarlos económicamente para que su familia viviera bien. Antes de su viaje, sus papás le pusieron una condición: “Trabaje todo lo que quieras, pero estudie en la universidad.”

Fueron muy difíciles los años que tuvo que trabajar para poder vivir bien, estudiar y mandar plata al exterior para ayudar a su madre y padre con lo que sea necesario. Tenía un anhelo en su corazón, de traer a la familia para vivir con él, entonces empezó a reunir dineros de su trabajo para poder cumplir con su deseo. En cuanto estaba estudiando para mantener la palabra de sus padres, de ir a la universidad, él sentía la necesidad de dejar de estudiar porque no le gustaba la universidad. Él dijo en la grabación que los estudios no eran para él.

Cuando dejó sus estudios empezó a trabajar horario completo en una mecánica de mucho prestigio con el puesto de ayudante. Le empezó a gustar lo que hacían, cuando removía el motor del carro para ver si tenía un problema, también investigar porque el carro del cliente no funcionaba. Mi tío me contó que los trabajadores y hasta el dueño le cogió mucho cariño porque veían en él la voluntad de aprender, porque lo que aprendía lo ponía en práctica rápidamente. Un día el dueño hablo con él para ponerlo en el puesto de mecánica en su negocio

Con el pasar de los años en 2014 puso su propia mecánica en una buena área de Long Island y pudo traer a nuestra familia a Estados Unidos y darles una casa con comodidades para que puedan vivir bien y nada les falte. La experiencia de vida ayudó mucho a mi tío entender que no todo mundo pasa por el mismo camino, como la universidad, no todo mundo le gusta estudiar y eso no está mal porque, debe ser que la persona tiene otras habilidades. Nadie puede juzgar u obligar a otra persona que haga lo que no nazca en su corazón hacer. Con esta crónica me ayudó a entender que, si hacemos lo que nos gusta será mucho mejor la vida.