El día que mi vida cambio

Desde que empecé la escuela siempre fui una niña “mala”. Siempre llamaban a mi mamá cuando había un problema. Le decían “señora, su hija” y empezaban con su teatro. Entrando a Middle School mis problemas comenzaron, por desgracia, no sé porque cambie. 

Las “amigas” que tuve no eran tan buenas. Siempre me metían en problemas o tal vez yo era la problemática. Era una nueva historia cada día. Cuando entré a High School es cuando se puso peor mi situación. En High School te dan un poco más de libertad y yo aproveché eso. Salía todos los días, no iba a la escuela, andaba con gente adulta, o hacía cosas que niños de mi edad no tienen que hacer. En esa época todo cambió. Yo era alguien que mi madre ya no conocía.  Me puse grosera con toda mi familia. Yo hablaba con tanta grosería que a mi mamá le daba pena andar conmigo.  

Yo fui mala con todos por 6 años. Era una niña “sin educación”. Saliendo de High School era cuando COVID estaba empezando. Durante COVID tuvimos que estar adentro todo el día en la casa. Pero gracias a eso es que todo cambió en mi vida. El día empezaba normal pero estando juntos mucho tiempo, obvio que los problemas iban a comenzar. Hablando honestamente no me acuerdo por qué empecér a pelear con mi mamá, pero tal vez era por algo tonto. Cuando me ponía a pelear no había forma de callarme o calmarme, pero en ese día mi mamá se hartó de mi rebeldía. Nos empezamos a gritar entre las dos y como siempre cuando pasaba eso mi hermano se encerraba en su cuarto. Él odiaba cuando nos peleábamos. De todo lo que nos gritamos la única cosa que recuerdo que dijo era “ya no puedo con esto”. La miré  y le dije ” pues ya déjame en paz”.  En ese momento mi mamá ya se cansó de todo y me miró con una cara de tristeza que yo sabía que tenía que pedirle perdón por todo. Nos sentamos en el sofá y tuvimos una conversación normal. Hacía 6 años que no teníamos una conversación normal.  

En esta conversación hablamos de cómo la lastimaba. Me dijo que hubo una gran cambio en mí y ella no sabía cómo reaccionar. Al principio pensó que era algo temporal porque apenas empecé la escuela. Dijo que nunca se imaginó que iba a durar por mucho tiempo. Me contó que hasta habló con mi papá y me querían poner en un internado. Cuando mencionó  que habló con mi papá me di cuenta qué tan serio era el problema. Por contexto a la historia: mis padres se separaron cuando yo era niña. Siempre han mantenido una buena relación. Entonces cuando mencionó a él, me di cuenta de lo que había hecho. Lastimé a toda mi familia con mi rebelión adolescente. Al final de todo me tocó pedirle disculpas a mi mamá. Era un día emocional y nos pusimos a llorar y hablar por horas. 

Después de todo qué pasó podía salir adelante con mi vida. Me arrepiento mucho pero me alegro de que al final todo salió bien. Mi vida completamente cambió y le agradezco a dios que me ayudó a reflexionar en mis errores. La relación con mi mamá está mejor que nunca. Ella es alguien con quien puedo contar. Madurar era lo que me faltaba para entender la vida. Mi mamá pudo perdonarme y ahora estamos más unidas que nunca. Nunca me atrevo a faltarle el respeto. No solo cambió mi relación con mi mamá, sino también mi forma de pensar. Yo he madurado y he conseguido buenos trabajos y oportunidades. Mi vida sería muy diferente si nunca hubiéramos tenido esa conversación.