El partido favorito

Hola, mi nombre es Juan y voy hablar sobre una final de fútbol que tuve con mis dos mejores amigos Kyle y Mark. Esta final tomó lugar en Nueva York y lo jugamos en la cancha de Hofstra, que es una universidad. Este torneo fue muy especial para mí porque cumplí años ese día, también porque era un torneo del estado y no fue la primera vez que competimos en ese torneo. Resulta que el año pasado perdimos la final.

El torneo tenía un sistema donde había cuatro grupos y en cada grupo había cuatro equipos. De esos cuatro grupos los mejores dos equipos de cada grupo avanzaban a la siguiente ronda. Nuestro equipo se llamaba Dragons Fc. Así que nuestros 3 partidos fueron muy duros y por eso ganamos dos luego empatamos el ultimo, resultando quedando de primer lugar en nuestro grupo. Este torneo especifico es difícil porque se tiene que jugar todo los partidos para llegar a la final el sábado, luego edomingo seria la final. Entonces después de un día largo nos fuimos a la casa sabiendo que mañana íbamos a luchar contra el otro equipo. No dormir de tanto pensar en saber que podría ser campeón, y además ambos compañeros durmieron en la casa mía esa noche entonces nos quedamos levantados hablando.  

Amanecimos faltando 15 para las 7, nos bañamos y desayunamos antes de llegar al bus que arrancaba a las 8:30. Desde el momento que subí al bus, tenía ese fastidio en el estómago cuando uno siente tan nervioso. Le dije a Kyle que nunca he sentido algo así y quería que ya jugáramos para que me pasara. Entonces después de calentar, finalmente empezó y solo tenía una cosa en mi mente que era ganar. El otro equipo estaba jugando muy bien e hicieron un gol empezando el segundo tiempo. Unos minutos después Mark me tiro un balón largo que alcance llegar y pude disparar e hice gol. Luego pude quitarle el balón a la defensa y estaba solo contra el arquero, sentí en ese momento que todo el mundo se paró y era el único corriendo. Hice otro gol y ganamos el partido, todos estuvimos muy felices y fuimos a una pizzeria para comer y celebrar. 

Después de todo, esta experiencia me enseñó a poder creer en mí cuando la cosas se ponen difíciles. Aprendí a no rendirme aunque se vea imposible y nunca dejar parar de tratar de dar mi 100% en lo que sea.  Finalmente esto  me ayudó a darme cuenta que cuando uno trabaja duro para algo, lo aprecia más después y le da más valor y sentimiento sobre lo que uno pudo cumplir.