Cuando era un niño yo siempre me imaginaba manejando por la calle. Era unas de las cosas que siempre quería hacer cuando era pequeño, pero mis padres no me dejaban porque no tenía la edad propia para poder manejar. Siempre me decían que cuando tuviera los 16 años y sacara el permiso me iban enseñar. En un día soleado de noviembre del 2019, por fin pude sacarlo.
El día después, mi papá y yo fuimos al parque de Flushing a un parqueadero vacío para empezar las clases de conducción. Como era algo que quería hacer desde niño, estaba emocionado cuando ya estaba en el parque porque iba ser mi primera vez, pero también estaba nervioso por la misma razón. Cuando ya me estaba montando al carro para por fin manejar yo sentía que iba ser lo más fácil del mundo porque cuando miraba a mis padres hacerlo se veía fácil y mis amigos que ya también manejaban decían lo mismo. Ya cuando me monté en el carro estaba listo, pero no me sentía cómodo de estar ahí adelante. Me sentía raro y no bien preparado para el momento.
Lo primero que hice fue aprender cómo acelerar y frenar porque es unas de las cosas más importantes para saber manejar. Después de esto me empecé a dar cuenta lo difícil que era y me empecé a poner nervioso. Cuando aceleraba sentía que le daba muy duro y a veces muy suave. A veces trataba de frenar pero aceleraba. Cuando ya empecé a coger las curvas en el parqueadero sabía que tenía que ir frenando, pero en vez de ir frenando, empecé a acelerar y casi me estrello con un palo de luz. Con eso me asusté y ya no quería manejar más. Empecé a pensar que esto no iba ser para mí, entonces, no lo quería hacer más. La parte más difícil era saber que si me quedaba difícil en un espacio vacío sin gente y sin carros no iba poder hacerlo en la calle cuando estén otros carros moviéndose y gente caminando. Por lo tanto pensaba que no iba ser capaz de manejar después.
Después de meses practicando me di cuenta de bastantes cosas. La primera es que con el tiempo se aprende. Yo ya no quería manejar más pero después de meses practicando, al fin sí pude lograrlo. Esto solo era un proceso de aprender. La otra fue que me toca tener más pacencia porque yo quería de una vez saber manejar, pero en vez eso tuve que esperar y aprender. La última fue que las cosas a veces no son como uno lo esperaba. En mi caso fue que yo esperaba que manejar sea algo fácil pero en realidad fue algo difícil que me tocó practicar mucho tiempo.